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La multiplicidad de los factores sociales y la diversidad de las parasitosis humanas y su distribución en el mundo dificultan la posibilidad de un abordaje completo y específico de cada problemática.
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Por esta razón el desafío es encontrar puntos comunes que en alguna medida las enmarcan a todas ellas, no ya desde lo biológico sino desde lo social.
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En este sentido, se expondrá en este capítulo aquellas “ideas fuerza” que están presentes e incluso son condicionantes en la mayoría de las parasitosis.
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Paradigma de simplificación biologista
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El término “paradigma”, según Kuhn,17 se refiere a toda la constelación de creencias, valores, técnicas, etc., que comparten miembros de una comunidad científica. Desde el punto de vista práctico, puede entenderse o considerarse como un “modelo” de interpretación y conocimiento.
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Por otra parte, el sistema capitalista ha privilegiado, entre otras cosas, los paradigmas de la división del trabajo y de la atomización del conocimiento.
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En el devenir histórico del mundo, estas dos situaciones han suscitado un interés cada vez mayor por el conocimiento de las partes sobre el todo y el aislamiento de los objetos de conocimiento de sus ambientes.
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Siguiendo las afirmaciones de Morin,23 se vive bajo el imperio de los principios de disyunción, reducción y abstracción, producto del “paradigma de simplificación”. De este modo no hay asociación entre los elementos disjuntos del saber, ni posibilidad de engranarlos y reflexionar sobre ellos. Se pierden así tanto la visión holística del problema, como la posibilidad del pensamiento complejo, el cual aspira a un saber no parcelado, no dividido, no reduccionista y que ha quedado limitado casi al “sentido común”.
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Las parasitosis humanas son uno de los testimonios más significativos de esta situación. Desde las parasitosis zoonóticas transmitidas por perros, pasando por las distintas parasitosis intestinales hasta llegar a la enfermedad de Chagas, cuyo agente etiológico es el parásito Trypanosoma cruzi, se han acumulado cada vez más los conocimientos sobre los distintos aspectos de estas afecciones, desde los parásitos (agentes etiológicos), pasando por los mecanismos de transmisión, la epidemiología,3 las formas clínicas, la terapéutica, hasta llegar a las complicaciones y secuelas. Sin embargo, en forma paralela se ha descuidado al ser humano que las padece, desde el portador al enfermo. Es que ese abandono del hombre real que las sufre y de la comunidad en riesgo de contraerla no es casual, porque las parasitosis representan también el paradigma de las “enfermedades de la pobreza”.
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Lo social como eje central del problema
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Si bien los aspectos biológicos y el conocimiento preciso de cada agente etiológico son esenciales para el diagnóstico y tratamiento de cada una de las parasitosis, se debe entender que los aspectos sociales son determinantes en el proceso salud-enfermedad de estas entidades mórbidas. Son numerosos los ...