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Nota

Nota. Este capítulo incluye una sección de Casos clínicos, así como una de Autoevaluación. Ambas se encuentran disponibles para el lector en el Centro de Aprendizaje en línea (On-line Center) vinculado con esta obra. La dirección de acceso está en la cuarta de forros de este libro.

Introducción

Los parásitos llegan al pulmón y tracto respiratorio por vía sanguínea, linfática o por vía aérea. Algunos pasan al pulmón desde el abdomen a través del diafragma. Los parásitos están temporalmente en el pulmón, o bien permanecen en éste; por lo general los parásitos pulmonares originan síntomas y signos variables no específicos, que pueden simular otras patologías obligando al médico a extremar sus habilidades y solicitar diferentes exámenes para llegar al diagnóstico.

Protozoos

Amebiasis

La amebiasis secundaria o extraintestinal la mayoría de las veces se localiza en el hígado y le sigue después la ubicación pleuropulmonar; esto se origina por una propagación de un “absceso hepático” amebiano, pero también existe la colonización directa del pulmón vía hematógena sin localización hepática. En la amebiasis pulmonar consecutiva a la propagación de un “absceso hepático”, a través del diafragma el paciente presenta dolor intenso y permanente en la base del hemitórax derecho por compromiso de la pleura diafragmática y tos seca. Si el proceso se abre a bronquios se origina una fístula hepatobronquial produciendo una expectoración achocolatada muy sugerente de la etiología, diarrea persistente y el síndrome de “absceso hepático”. Cuando la lesión pulmonar es por vía hematógena —no por contigüidad—, no existe compromiso hepático ni pleural.8,11,13

En ocasiones el “absceso hepático” amebiano provoca una pleuritis diafragmática, originando un derrame pleural derecho con líquido serosanguinolento, y si el absceso se rompe a pleura el líquido presenta un color achocolatado. El derrame serofibrinoso es la complicación más frecuente que habitualmente origina dolor irradiado al hombro, disnea y tos seca que exacerba el dolor. La radiografía de tórax confirma el derrame y la toracocentesis sus características. La rotura a bronquios le sigue en frecuencia provocando la vómica achocolatada que alivia los síntomas del “absceso hepático”. La radiografía de tórax demuestra una elevación del hemidiafragma derecho, que tiene menor movilidad, y opacidad de la base pulmonar homónima. Un 10 a 20% de los “abscesos hepáticos” amebianos originan rotura de la pleura, lo que provoca dolor torácico intenso, tos seca, disnea acentuada y un estado tóxico grave.

El diagnóstico se debe sospechar por los síntomas y signos mencionados, y se debe confirmar por reacciones inmunobiológicas que tienen una alta sensibilidad en las localizaciones extraintestinales de la amebiasis (ver capítulo 16, Amebiasis).

El hallazgo de trofozoítos de Entamoeba histolytica en la expectoración y líquido pleural es excepcional. En el último tiempo la reacción de polimerasa en cadena (PCR), que detecta ...

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