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Definición y límites del concepto

Una infección parasitaria congénita resulta de la transmisión de parásitos vivos de una mujer embarazada infectada a su feto, parásitos que persisten después del nacimiento. La transmisión puede ocurrir antes (in utero o transmisión “prenatal”) o al momento del parto (transmisión perinatal), de acuerdo con su etimología latina: cum “con” y genitus “engendrado”. Esta definición excluye:

  1. La transmisión posnatal de parásitos (principalmente a través de la leche materna al amamantar).

  2. La transmisión de parásitos muertos, DNA parasitario, o de moléculas parasitarias liberadas en la madre y susceptibles de ser encontradas en la sangre fetal.

El término transmisión “vertical” tiene un significado más amplio, y corresponde a la transmisión de la madre al niño de una generación a la siguiente, e incluye las vías de la transmisión prenatal, perinatal y posnatal. La transmisión de parásitos a través de la placenta ha sido revisada antes por Loke en 1982.49

El presente capítulo no incluye los efectos de las infecciones parasitarias en las mujeres embarazadas (que causan patologías maternas o placentarias comprometiendo la salud del feto/neonato) cuando no hay transmisión congénita.

Parásitos implicados en infecciones congénitas. Consideraciones epidemiológicas

Los parásitos susceptibles de ser transmitidos de mujeres embarazadas infectadas a sus fetos son principalmente protozoarios (Toxoplasma gondii, Trypanosoma cruzi y Plasmodium spp. y, en ocasiones, Trichomonas vaginalis, tripanosomas africanos y los agentes de la leishmaniasis visceral), mientras que la transmisión de larvas de helmintos sigue siendo excepcional en humanos.

Infección congénita de protozoos

Toxoplasmosis

La toxoplasmosis congénita resulta de la transmisión de T. gondii en las mujeres que adquieren la infección primaria durante el embarazo, y rara vez en las que adquieren la toxoplasmosis antes del embarazo (infección crónica), excepto en los casos de coinfección con HIV (véase Coinfección materna e infección congénita); por otra parte, la toxoplasmosis aguda materna no necesariamente causa una infección fetal. La transmisión materno-fetal ocurre en alrededor de 20 a 33% de madres recién infectadas. Se observan también variaciones importantes en cuanto al tiempo de infección materna en relación con la edad de gestación, con índices de transmisión por debajo de 10-15% cuando la infección es adquirida durante el primer trimestre del embarazo, incrementándose a 60-90% para el tercer trimestre, con las más altas proporciones en las últimas semanas antes del nacimiento.59,76

La incidencia de toxoplasmosis congénita reportada en diferentes áreas del mundo difiere mucho, con índices por debajo de 1 por 10 000 nacimientos vivos en Austria, Noruega, Suecia, EUA; 1-3 por 10 000 en Dinamarca, Suiza, Reino Unido, y 3 a 10 por 10 000 en Bélgica, Brasil, Francia, Italia, Polonia.59,76 Es interesante notar que en Europa y EUA hay una tendencia a la disminución de la prevalencia de la infección ...

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