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Hace 21 años, en 1993, se publicó por primera vez Micología médica ilustrada y las siguientes ediciones aparecieron de manera subsecuente en 2003, 2008 y 2011; ahora nos complace presentar la quinta edición en 2014. Desde el principio el compromiso con los lectores era comunicar de una manera sencilla lo fundamental y práctico de la micología médica. De hecho, hemos conservado e incrementado los datos históricos más sobresalientes y las generalidades de los actinomicetos, los hongos y las micosis.
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En la primera sección se analizan las características fundamentales de los hongos, su estructura, fisiología y reproducción; se simplifican los datos básicos de la micología y se presentan esquemas de la morfología microscópica y las formas de reproducción. Después se abordan las micosis superficiales, subcutáneas y sistémicas, también las causadas por hongos oportunistas y las seudomicosis producidas por actinomicetos y bacterias, así como medicamentos antimicóticos, medios de cultivo, técnicas de tinción, reactivos, colorantes y, al final, se presenta un glosario.
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La información en cada capítulo ha sido cuidadosamente sistematizada: sinonimia, definición, datos epidemiológicos, etiopatogenia, cuadro clínico, estudio micológico, datos histopatológicos, datos de laboratorio, estudios de imagen y de biología molecular, diagnóstico diferencial, tratamiento y pronóstico.
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Hemos mejorado y ampliado en cada edición la iconografía, lo que hace a esta obra un libro muy útil para quien se inicia en el estudio de los hongos, el estudiante de medicina, de biología o química, así como para el médico general o de otra especialidad. Se ilustra además con dibujos de línea, algoritmos y mapas de distribución de las micosis.
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Hay una bibliografía básica, así como referencias recientes y universales a cada tema. La síntesis de los textos, las figuras en color y los cuadros, hacen de este libro una obra obligatoria para el interesado en aprender la micología médica de la manera menos complicada y rápida. Sin embargo, no hemos descuidado los aspectos recientes de taxonomía o de biología molecular, apoyados en su revisión por conocedores del tema.
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El diagnóstico clínico de las micosis se ha considerado sencillo, tanto para el médico general como para el especialista, pero en la actualidad, en pacientes con inmunodepresión como leucemia, trasplante de órganos o infección por HIV, la presencia de síntomas respiratorios o lesiones dermatológicas tan variadas como descamación, pápulas, nódulos, úlceras o placas verrugosas pueden ser la expresión de una micosis localizada o sistémica.
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Así que es indispensable utilizar en la clínica diaria las técnicas del laboratorio de micología, pero de una manera racional y práctica, pues muchas veces un simple examen directo —por ejemplo, ante sospecha de onicomicosis— da la clave para un tratamiento adecuado y de esta manera evitar un gasto innecesario.
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Las micosis superficiales en ocasiones pasan inadvertidas durante mucho tiempo debido a sus escasas manifestaciones clínicas, como las infecciones subclínicas de tinea capitis o una tiña de los pies; por otra parte, las micosis pueden ser diseminadas o graves e incluso llevar a la muerte, como ocurre en los casos de neumocistosis, candidosis, criptococosis, aspergilosis y mucoromicosis.
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Los hongos pueden ser mohos o levaduras, pero muchos se comportan como dimorfos, especialmente si ocasionan micosis sistémicas. La forma saprofítica se reproduce en los cultivos y eso permite elaborar una clasificación precisa de la especie y en los tejidos se identifican las formas parasitarias.
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En la presente edición se actualizaron todos los capítulos con bibliografía fundamental y actual, si era necesario para mejorar la comprensión se hizo una reestructuración, algunas ilustraciones se conservan en blanco y negro, pero es una obra fundamentalmente en color; asimismo, cuando es necesario se muestran diferentes aspectos clínicos de la misma enfermedad y se ilustran los cultivos y estudios microscópicos e histopatológicos de los hongos. Hay un sinnúmero de hongos oportunistas como Neoscytalidium sp., Trichosporon sp., Fusarium sp., Bipolaris sp. y Penicillium marneffei. También hay cambios taxonómicos y nuevos agentes causales de las tradicionales micosis tropicales como la esporotricosis, cromoblastomicosis y el micetoma, así como muchas aportaciones moleculares incluso en micosis superficiales.
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Hay disponibles ahora medicamentos potentes que ayudan a controlar enfermedades graves, como la terapia antirretroviral altamente efectiva para SIDA, y los biológicos para enfermedades inflamatorias; la primera mantiene el control de la inmunosupresión y al mismo tiempo de las infecciones por hongos, aun sin el uso de sustancias antimicóticas, pero los segundos han incrementado las micobacteriosis y micosis por oportunistas, pero este fenómeno también lo pueden desarrollar las propias moléculas antifúngicas como las equinocandinas. Por estos motivos debemos tratar de mantenernos en una actualización continua, no sólo en la medicina en general, sino también en el campo fascinante de los hongos y las enfermedades que ocasionan.
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