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El traumatismo del cuello es especialmente grave debido a las estructuras anatómicas vitales que ahí se encuentran. La primera y más expuesta de ellas por su situación anatómica es la tráquea, con sus prominencias morfológicas, el cartílago tiroides y el cartílago cricoides, pero también intervienen esófago, arterias, venas, nervios y músculos, además de la glándula tiroides. Asimismo, ya se han mencionado las frecuentes lesiones de la columna cervical o de sus estructuras ligamentarias que requieren inmediata inmovilización con el fin de prevenir más daño.
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En el paciente con trauma de cuello, el requisito inmediato es aplicar los criterios A-V-C (vía aérea permeable, ventilación, restauración circulatoria. Véase el capítulo 25).
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Una afirmación que debe considerarse es que el trauma cervical se explora de preferencia en el quirófano.
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Todo traumatismo de cuello es potencialmente letal si no se atiende de inmediato, ya que puede ocurrir un desenlace fatal en minutos o en unas cuantas horas como consecuencia de un hematoma compresivo, de la inflamación o del edema que en cualquier momento pueden impedir la permeabilidad de la vía respiratoria y causar asfixia. Por lo tanto, debe asegurarse debidamente el tránsito de la vía respiratoria en cualquier caso de traumatismo cervical y la medida urgente para poner en práctica es la intubación endotraqueal o la cricotiroidotomía en sus modalidades de “punción” o “quirúrgica”, que se describen a continuación.
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Cricotiroidotomía por punción
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Colocación del paciente en decúbito dorsal
Antisepsia de la cara anterior del cuello con la administración de yodopovidona, timerosal o alcohol
Tener preparados catéteres con mandril o agujas de punción, ambos de calibres 12 y 14, además de jeringas de 5 y 10 ml
Identificar a la palpación tanto el cartílago tiroides como el cartílago cricoides, entre los cuales se encuentra precisamente la membrana cricotiroidea, que es el sitio donde se realizará la punción (figura 26-1)
Se inmoviliza la tráquea y zona cartilaginosa entre los dedos pulgar e índice para evitar desplazamientos laterales que podrían ser de gran peligro dada la vecindad de estructuras anatómicas laterales a la misma, entre otras las arterias carótidas y las venas yugulares
Se realiza la punción exactamente sobre la línea media con uno de los catéteres con mandril, y sólo en caso de no contar con este recurso se hace con la aguja conectada a la jeringa. En ocasiones es necesario “punzar” la piel con hoja de bisturí número 11 para facilitar el paso del catéter (figura 26-2)
La aguja o catéter se dirige caudalmente en ángulo de 45°, mientras se tracciona el émbolo de la jeringa para crear presión negativa, resistencia que será vencida al llegar la punta de la aguja a la luz de la tráquea, momento en el cual se introduce en una longitud de 2 a 3 cm con mucho cuidado, evitando picar y lesionar la cara posterior de la tráquea ...