++
El incremento de la violencia y de los accidentes, sobre todo automovilísticos en México, como en casi todo el mundo, también ha repercutido directamente en un ostensible aumento de las lesiones que se observan en tórax, y que hoy en día son causa de una de cada cuatro muertes por trauma. Debe recordarse que en el interior de esta cavidad se encuentran estructuras y órganos vitales, entre ellos el corazón, grandes vasos y pulmones.
++
Las posibilidades de daño son diversas de acuerdo con el tipo de lesión, su magnitud y localización; por ello se efectúa una “valoración primaria” del traumatizado, cuya finalidad es detectar las lesiones que ponen en peligro la vida. De inmediato se procede con la secuencia AVC (A: aire con libre tránsito a través de la vía aérea; V: ventilación que permita la llegada del oxígeno a los pulmones, y C: circulación, lo que implica reponer el volumen del torrente sanguíneo perdido), continuando con D y E.
++
Se debe considerar que existen traumatismos de tórax que ponen en peligro inmediato la vida del lesionado, como el neumotórax a tensión, el hemotórax masivo, la herida aspirante de tórax y el taponamiento cardiaco. Todos ellos se manifiestan por datos de insuficiencia respiratoria aguda y estado de choque, cuyas consecuencias son hipoxemia, hipercapnia, hipoxia tisular y acidosis.
++
El diagnóstico de insuficiencia respiratoria aguda es eminentemente clínico y el término engloba todo trastorno de la función respiratoria que se traduzca en hipoxemia, y consecuentemente en hipoxia tisular. Esto es así porque no se proporciona un aporte de oxígeno adecuado y suficiente a la célula, lo que trastorna sus funciones metabólicas al impedir los procesos aerobios de producción de energía y desencadenar mecanismos anaerobios con producción de ácido láctico, que es su metabolito final.
++
El médico debe actuar de inmediato, sin esperar de ninguna manera los resultados de los estudios auxiliares del diagnóstico para tomar la decisión que las circunstancias impongan, pues esa espera podría resultar fatal para la vida del traumatizado. Por ello, el criterio que desde el inicio debe asumir el profesional debe ser el diagnóstico y la terapéutica en el orden clínico.
++
La presencia de ansiedad, inquietud, desorientación, polipnea, disnea, estridores y estertores revela en gran medida compromiso respiratorio, cuya causa se establecerá al investigar los posibles orígenes. Esto significa analizar primero el tránsito aéreo por la vía respiratoria (se escuchará el movimiento de aire a través de nariz y boca, y se evaluará la bucofaringe en busca de obstrucción por cuerpos extraños), así como alteraciones de la mecánica en la caja torácica (retracción muscular intercostal, tiros supraclaviculares, subcostales, etc.) que pudieran comprometerla, como dolor por fracturas costales. Sin embargo, hay que establecer desde el principio que no es forzoso encontrar una relación entre la gravedad de las lesiones viscerales y la importancia de las lesiones parietales, pues hay casos, por ejemplo, con rotura aórtica ...