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Medicina basada en evidencia

Introducción

A diferencia del resto de la temática expuesta en el presente libro, el capítulo actual no tiene el propósito de proporcionarle a los lectores algunos elementos para dar respuesta al Examen Nacional para Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM). El objetivo es presentarles las bases de una herramienta de gran utilidad para su actividad profesional actual y futura que se considera que en el médico tiene una duración de entre 35 y 40 años. Existen cambios marcados en la práctica médica y la importancia de su evaluación, y que permea hacia la educación médica. Al analizar la práctica clínica, es frecuente leer y escuchar afirmaciones de que sólo una minoría de las intervenciones médicas de uso diario están apoyadas en una evidencia científica suficiente y fiable. En el trabajo clínico cotidiano se ponen en práctica multitud de técnicas diagnósticas, de intervenciones terapéuticas y de medidas preventivas que se han ido introduciendo de forma empírica, en ausencia de una demostración rigurosa de sus beneficios, y que se acepta sin ninguna crítica aparente.

La medicina basada en evidencia (MBE) es una herramienta educativa y asistencial innovadora, y desde su aparición y desarrollo ha generado fuerte polémica entre sus fanáticos defensores y su igualmente importante contraparte, los ácidos detractores o defensores de la “medicina tradicional”. Para los iniciadores, representó un nuevo paradigma en la forma de hacer medicina y una filosofía de la práctica y la docencia clínicas. Ya no bastaba la experiencia, era obligatorio tener evidencia científica para tomar decisiones clínicas acertadas. Los detractores lo consideraron una exageración, la “deshumanización” de la medicina con mucha ciencia y poco arte, el desconocimiento del valor de la experiencia y los expertos. Parte de la polémica inicial se centró en antagonizar “experiencia” contra “evidencia”, en lugar de definir qué llama evidencia la MBE. Por tradición, ha bastado como evidencia la experiencia o la opinión de expertos. La propuesta actual de la MBE consiste en usar la mejor evidencia científica disponible para la toma de decisiones clínicas, sin desconocer la importancia de la experiencia.

La MBE es considerada un elemento más de juicio en el proceso de la toma de decisiones clínicas. En ella, se conjugan la experiencia y el juicio clínico, la realidad del entorno con los recursos disponibles, los valores o preferencias del paciente y la mejor evidencia proveniente de estudios clínicos. La MBE no pretende reinventar la rueda o descubrir el hilo negro, sino hacer más explícito y sistemático un proceso que muchos clínicos realizan instintivamente. Hay que dejar en claro que la práctica de la MBE no es la panacea que se requiere para mejorar la enseñanza de la medicina y la atención de los enfermos; tampoco se debe caer en la trampa de considerar que es algo nimio e intrascendente, o que siempre lo han practicado todos los médicos.

La MBE es una valiosa herramienta ...

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