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El dolor abdominal agudo no traumático puede representar un espectro de condiciones benignas y enfermedades limitadas a una urgencia quirúrgica. También conocido como síndrome doloroso abdominal agudo, que se refiere a un dolor súbito con duración menor a una semana (por lo general menos de 48 h), constituye uno de los padecimientos más desafiantes en el servicio de urgencias. Su etiología puede ser extraperitoneal, intraperitoneal o de ambos tipos; estos últimos requieren tratamiento quirúrgico con mayor frecuencia.
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El objetivo primordial en el manejo del paciente con dolor abdominal agudo es determinar qué casos demandan tratamiento quirúrgico, cuándo y en qué momento está indicado, así como qué casos sólo ameritan una terapéutica expectante. Tal labor resulta complicada porque a menudo el dolor abdominal es un padecimiento inespecífico que se acompaña de otros síntomas. De esta manera, la sensibilidad y especificidad del interrogatorio y el examen físico para diagnosticar las diferentes causas son bajas, sobre todo en alteraciones benignas.
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El abordaje diagnóstico y terapéutico debe basarse en una historia clínica médica y quirúrgica detallada, así como un examen físico meticuloso, que se complementa con la experiencia del examinador, el conocimiento minucioso de la anatomía y fisiología de la cavidad peritoneal y un entendimiento claro de los procesos patológicos que ocurren dentro del abdomen.
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El interrogatorio del dolor abdominal debe incluir: modo de inicio, duración, frecuencia, características, localización, cronología, irradiación e intensidad, así como la presencia o ausencia de cualquier factor agravante o atenuante y síntomas relacionados. Tal historia brinda en muchos casos una sospecha diagnóstica y datos para la evaluación y manejo subsecuente. Las características del dolor pueden orientar al examinador hacia la gravedad del trastorno (cuadro 30-1).
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