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TRASTORNOS DEL SODIO Y AGUA
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La osmolalidad plasmática es el principal indicador de la homeostasis del agua corporal total (ACT) y está determinada en gran medida por las concentraciones de Na+ plasmático. La regulación del equilibrio hídrico se alcanza mediante un fino balance entre la ingesta (inducida sobre todo por la sed, estimulada con osmolalidades plasmáticas >290 a 295 mOsm/kg) y la excreción renal de agua. En un estado normal, la función renal es capaz de eliminar el exceso de agua mediante la generación de orina no concentrada (acuaresis) o tiene la capacidad de reducir la pérdida de agua mediante su reabsorción, al formar orina concentrada, para garantizar el equilibrio. La reabsorción renal de agua, con la consecuente concentración de orina, depende del efecto de la hormona antidiurética (AVP o HAD). De tal forma, ante la presencia de HAD el riñón normal concentra la orina y en su ausencia ocurre acuaresis. La HAD es liberada por la neurohipófisis como resultado de factores osmolares y no osmolares. Un incremento de apenas 1 a 2% (a partir de 280 mOsm/kg) de la osmolalidad plasmática propicia la síntesis y liberación de HAD. Existen distintos estímulos no osmolares para la liberación de HAD (que son independientes del estímulo osmolar), entre los que destacan la caída del volumen intravascular efectivo (hipovolemia, de 8 a 15% del volumen plasmático), la disminución en la presión arterial (hipotensión arterial, mediante barorreceptores carotídeos y aórticos), distintos agentes farmacológicos, náusea y dolor. Por tanto la síntesis y el efecto de HAD tienen como objetivo la conservación renal de agua. La pérdida del equilibrio hídrico, ya sea por aumento de la ingesta de agua o por reducción de la capacidad de pérdida renal de agua (acuaresis) por diversas causas, apropiadas o no (en las que suele existir un efecto de HAD), se traduce en reabsorción excesiva de agua y conduce a hiponatremia.
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La hiponatremia por lo general implica un estado de exceso de agua en relación con el sodio. Por tanto es una alteración del balance del agua más que del propio balance de sodio. Sólo en algunos casos la hiponatremia se debe a depleción absoluta de sodio corporal total (p. ej., nefropatías perdedoras de sal, uso de diuréticos tiazídicos).
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La concentración del sodio sérico es un indicador de la tonicidad, y en ello radica su gran utilidad clínica. Al encontrarse fuera de intervalo, las células están sujetas a disfunción por la entrada o salida de agua. La complicación más seria es la afección del SNC.
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Es la alteración clínica caracterizada por concentraciones de Na+ sérico menores de 135 mEq/L.
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Es el trastorno electrolítico más frecuente: se observa en 7 a 21% de pacientes ambulatorios y en 30 a 42% de los hospitalizados. La implicación pronóstica para el desarrollo de complicaciones ...