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Es el trastorno ácido-base más frecuente en la unidad de cuidados intensivos. Se caracteriza por una reducción de la concentración plasmática de bicarbonato (por pérdidas o utilización para amortiguar el acceso de ácido en el organismo) y la correspondiente disminución en el pH sanguíneo. Su importancia radica en la amplia gama de alteraciones sistémicas (cuadro 47-1) que puede ocasionar cuando es grave.
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Consideraciones generales
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Es importante tomar en cuenta lo siguiente:
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Valores normales de parámetros básicos:
pH: 7.35 a 7.45
pCO2: 35 a 45 mm Hg
Cationes: Na, 140 a 144 mEq/L; K, 3.8 a 4.4 mEq/L
Aniones: bicarbonato, 25 mEq/L (24 a 28 mEq/L); cloro, 100 mEq/L (99 a 104 mEq/L)
Anion gap: 3 a 10 mEq/L
Albúmina: 4 g/dl
Definir la presencia de acidosis metabólica utilizando los cinco pasos recomendados para el abordaje de trastornos ácido-base:
Paso 1: pH <7.4 (acidemia)
Paso 2: bicarbonato <25 mEq/L (metabólica)
Identificar el tipo de acidosis metabólica (anion gap elevada o normal):
Valorar el grado de compensación ventilatoria de tal acidosis:
Paso 4: fórmula de Winters:
Paso 5: calcular el delta de la anion gap (ΔΔ) = (AG − 12)/(24- HCO3). Es posible detectar un trastorno agregado (alcalosis metabólica >2, acidosis metabólica con anion gap normal <1).
Cuando se encuentra acidosis metabólica con anion gap elevada, calcular la brecha osmolal plasmática.
En caso de identificar acidosis metabólica con anion gap normal, calcular la anion gap urinaria o la brecha osmolal urinaria, o ambas.
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Se basa en el principio de electroneutralidad observado en 1939 por Gamble, el cual postula que las cargas positivas y negativas deben estar balanceadas; así, la anion gap representa los aniones que se encuentran en el suero pero que no ...