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Anemia, trombocitopenia y coagulopatía son trastornos frecuentes, sobre todo en los pacientes en estado crítico. Noventa y cinco por ciento de los hospitalizados presenta anemia a los tres días y en consecuencia recibe grandes volúmenes de transfusiones. Cincuenta por ciento se transfunde al ingreso y 85% se sometió ya a una transfusión al cabo de la primera semana de internamiento. Estos pacientes reciben en promedio 9.5 paquetes globulares (PG) durante su estancia. Treinta y cinco por ciento de las transfusiones se efectúa por hemorragia aguda, en tanto que 29% no tiene una indicación aparente. Aunque el empleo de transfusiones de sangre en este contexto se atribuye a un intento por incrementar la oxigenación de los tejidos, sobre todo en estados de choque, esta maniobra terapéutica no ha demostrado una mejor utilización del oxígeno por el organismo. Lo anterior se debe a que los paquetes globulares almacenados tienen una p50 baja, lo que aumenta la afinidad de la hemoglobina (Hb) por el oxígeno, en conjunto con niveles bajos de 2,3-difosfoglicerato y ATP, lo que resulta en un transporte inadecuado.
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TRANSFUSIÓN DE SANGRE
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Existen dos componentes de la sangre disponibles para transfusión: sangre fresca total (cuya única indicación actual es el sangrado masivo) y paquetes globulares, que contienen 200 a 300 ml de concentrado eritrocitario con un hematócrito de 65 a 75%. Cada uno incrementa 1 a 1.5 g/dl los niveles de hemoglobina. Otros componentes a tomar en cuenta en la administración de paquetes globulares es su contenido de electrólitos (20 mEq/L de Na y 90 mEq/L de K). En casos especiales, como pacientes que experimentaron reacciones de leucoaglutinación o individuos en riesgo de infección por CMV, deben emplearse concentrados eritrocitarios leucorreducidos; los pacientes inmunodeprimidos en espera de trasplante de médula ósea deben además radiarse para disminuir el riesgo de infección y enfermedad injerto contra huésped.
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Las principales indicaciones para la transfusión de sangre son dos:
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Aumentar la capacidad de transporte de oxígeno.
Restablecer el volumen circulante.
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El transporte de O2 tisular (DO2) es producto del gasto cardiaco, la concentración de hemoglobina y la saturación de oxihemoglobina. El DO2 permanece estable aun con Hb entre 3 y 4 g/dl, siempre que se mantenga una saturación arterial adecuada y se acompañe de un incremento proporcional en la extracción tisular de O2. En pacientes en estado crítico la saturación arterial no siempre es adecuada y los mecanismos compensatorios están alterados, por lo que las prácticas de transfusión evaluadas por estudios como CRIT y ABC demostraron que por lo general se intentan mantener niveles de Hb ≥10 mg/dl o Hto ≥30%. En el estudio realizado por Hebert y colaboradores la hemoglobina promedio para indicar transfusión fue de 8 a 10 g/dl; 35% de los clínicos elige un umbral de transfusión de 9 g/dl y 40%, uno de 10 g/dl. El estudio demostró que ...