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PICADURAS Y MORDEDURAS
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Las mordeduras y picaduras son un motivo frecuente de visita a los servicios de urgencias, no sólo en las regiones tropicales. La mayor parte de los casos no representa peligro para la vida.
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Cerca de 15% de las especies de serpientes se considera venenoso para el ser humano. Existen cinco familias de serpientes venenosas, de las que tres se encuentran en México: Crotalidae, Elapidae e Hidrophidae, en orden de frecuencia. A la primera pertenecen los diferentes tipos de cascabel y nahuyacas; a la segunda, la serpiente de coral y las cobras, esta última no nativa de este país.
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El veneno que estas serpientes producen es una mezcla de proteínas con pesos moleculares de 6 a 100 kD. La mayor parte de tales proteínas actúa a nivel sistémico. Aunque en México no se cuenta con un registro preciso del número de incidentes de mordedura de serpiente, se sabe que con mayor frecuencia las víctimas son personas del género masculino de 17 a 27 años de edad. En su gran mayoría, las mordeduras de serpiente se presentan entre abril y octubre, y ocurren sobre todo en las extremidades (95% de los casos), con predominio de las manos. Las personas en los extremos de la vida tienen probabilidad de presentar complicaciones graves o fallecer.
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El diagnóstico definitivo de envenenamiento por mordedura de serpiente requiere la identificación de la especie y de las manifestaciones clínicas de envenenamiento. Aun cuando en la mayor parte de los casos resulta imposible tener acceso a la serpiente para identificarla, cuando es posible se lleva el espécimen al servicio médico, vivo o muerto, completo o en partes. Las mordeduras de serpientes venenosas deben distinguirse de las de serpientes no venenosas o de otros animales, así como de punciones o heridas causadas por objetos inanimados. De los síntomas y signos consecutivos a una mordedura de serpiente el más común es el pánico, que puede ocasionar náuseas, vómito, diarrea, pérdida del estado de alerta y piel fría y húmeda. Estos signos deben diferenciarse de los de envenenamiento verdadero. Los datos locales incluyen dolor, edema, eritema y equimosis. Luego pueden aparecer vesículas o bulas serosas o hemorrágicas y adenomegalias regionales dolorosas. Entre las manifestaciones sistémicas iniciales destacan náuseas, vómito, parestesias, somnolencia y debilidad. Después es posible que se presente hipotensión, taquipnea, taquicardia, coagulación intravascular diseminada (CID), hemólisis, alteraciones en la permeabilidad capilar a nivel pulmonar y renal, rabdomiólisis e insuficiencia renal aguda (IRA).
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El tratamiento en el lugar del accidente se dirige al mantenimiento apropiado de la vía respiratoria, obtener un acceso venoso estable, mantener la temperatura corporal (cubrir al paciente) y transportar de inmediato a la víctima a un centro hospitalario.
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Ruta crítica para la atención avanzada del paciente con envenenamiento por mordedura de serpiente
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