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Los padecimientos urológicos representan en conjunto las causas más frecuentes de atención en un servicio de urgencias. Los procesos urológicos que más a menudo producen situaciones urgentes son dolor, hematuria, retención urinaria, priapismo, gangrena de Fournier y urgencias del prepucio. Tanto las infecciones de vías urinarias como los padecimientos secundarios a traumatismo se tratan en otros capítulos.
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DOLOR EN EL TRACTO URINARIO
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A causa del tipo de inervación común, el dolor urológico se refiere con frecuencia y por ello deben considerarse siempre otros padecimientos gastrointestinales o ginecológicos. La intensidad del dolor se relaciona con el tiempo de evolución, en especial de la distensión (ya sea vesical en retención o ureteral al pasar un lito). Otros mecanismos de dolor incluyen distensión capsular, isquemia, inflamación e infección.
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Se define como el cuadro doloroso secundario a dilatación súbita del tracto urinario al paso de un cuerpo sólido en su recorrido hacia el exterior (cálculo, coágulo sanguíneo o fragmento desprendido de la papila renal). Su expresividad dolorosa es proporcionalmente más importante en relación con la rapidez de instauración de la dilatación. Así, dilataciones crónicas por obstrucción progresiva extrínseca o intrínseca pueden pasar inadvertidas y ser hallazgos casuales, y obstrucciones momentáneas, en su fase aguda, pueden desencadenar dolor muy intenso. El principal reto consiste en distinguir entre un paciente con nefrolitiasis o con un cuadro de pielonefritis teniendo en cuenta causas como cólico por un coágulo, trombosis de la vena renal (antecedente de estado protrombótico, prótesis de válvulas cardiacas, arritmias), isquemia renal (sospecha en lesión por desaceleración) y traumatismo renal; el diagnóstico diferencial incluye dolor en flanco, colecistitis como principal causa extrarrenal, si es del lado derecho, seguido de apendicitis, obstrucción intestinal, diverticulitis, torsión ovárica o embarazo ectópico.
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En el cólico renal el cuadro suele ser de instauración rápida, sin pródromos aparentes. Inicia con dolor intenso que se caracteriza por ondulaciones ocasionadas por las contracciones ureterales intermitentes y aumento de la presión intrarrenal. Cuando la causa radica en la parte superior, el dolor tiende a irradiarse hacia la zona genital de ese lado (escroto en el hombre y labios mayores en la mujer). Si el problema afecta el tercio medio del uréter, la irradiación suele dirigirse hacia el hemiabdomen inferior y la zona inguinal, y cuando se presenta a nivel de los tramos ureterales inferiores tiende a localizarse en la zona suprapúbica e incluso a nivel del meato urinario. En la mayoría de los casos se acompaña de sintomatología miccional (disuria, polaquiuria, tenesmo vesical, etc.); también es frecuente un gran cuadro vegetativo (náuseas, vómitos, diaforesis, etc.). Por lo general no existe un síndrome febril acompañante, cuya presencia debe hacer pensar en infección renal relacionada o producida por la obstrucción. Como parte del interrogatorio deben valorarse los antecedentes del paciente, como urolitiasis, malformaciones de la vía urinaria o enfermedades vinculadas. En la exploración física a ...