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Los servicios pediátricos ambulatorios proporcionan a los niños y adolescentes atención que incluye asistencia a la salud preventiva y servicios de tratamiento y consulta para cuidado crónico y agudo. En este capítulo se presta atención especial a los antecedentes pediátricos y exploración física, a las etapas normales del desarrollo, al manejo mediante llamadas telefónicas al consultorio y la comunidad pediátrica extrahospitalaria.
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El desarrollo de una relación entre el médico, el paciente y los padres, tiene una importancia crucial si el paciente y sus padres van a compartir sus preocupaciones de manera efectiva. Esta relación se desarrolla con el tiempo, con cada visita, y se hace más fácil si hay continuidad de médicos y otro personal. Esta relación clínica se basa en la confianza que surge como resultado de diversas experiencias en el contexto de la visita al consultorio. El principal factor que facilita esta relación es que el paciente o los padres comprueben que los consejos que reciben son válidos y eficaces. Las habilidades, como elegir un vocabulario que comunica comprensión y competencia, manifiestan compromiso en tiempo y atención a la preocupación del paciente, y demuestra respeto a las áreas que el paciente o los padres no quieren tocar (asumiendo que no se trate de preocupaciones sobre negligencia o abuso físico/sexual). Los padres y los pacientes esperan que sus preocupaciones se traten en forma confidencial, y que el médico comprenda y concuerde con dichas preocupaciones. La relación efectiva entre médico, paciente y los padres es uno de los aspectos de mayor satisfacción en la pediatría ambulatoria.
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ANTECEDENTES PEDIÁTRICOS
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Una característica única de la pediatría es que los antecedentes representan una amalgama del informe objetivo de hechos por parte de los padres (p. ej., fiebre durante cuatro días), interpretación subjetiva de los padres sobre los síntomas del niño (p. ej., llanto del lactante interpretado por los padres como dolor abdominal) y para niños mayores su propio recuento de los eventos. Los padres y los pacientes pueden proporcionar antecedentes específicos y detallados o antecedentes vagos que requieren de una indagación más enfocada. Los padres pueden, o no pueden, ser capaces de distinguir si los síntomas obedecen a una enfermedad orgánica o a un problema psicológico. A menudo es útil preguntar en forma específica qué problema desean los padres que se atienda para determinar qué fue lo que en realidad motivó la visita al consultorio. Algunas consultas se derivan de problemas escolares, como malas calificaciones o relaciones conflictivas con los compañeros. El comprender a la familia y las expectativas que ésta tiene para el niño, así como las preocupaciones al respecto, puede ayudar en el proceso de distinguir una enfermedad orgánica de problemas emocionales o conductuales, lo que minimiza las pruebas e intervenciones innecesarias.
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Aunque es necesario comprender las preocupaciones de los padres, también es esencial obtener lo más posible de antecedentes directamente por parte del paciente. Los antecedentes directos ...