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El huésped definitivo, que es un carnívoro, se infecta al ingerir carne cruda o cocida de modo insuficiente de un animal cuyos músculos o algunos otros tejidos, que se detallan más adelante, contienen sarcoquistes (figura 14-1). Al pasar por el contenido gástrico se destruye la pared quística, los merozoítos se liberan y llegan al duodeno. A lo largo del intestino delgado cada merozoíto penetra las vellosidades intestinales y, en particular a nivel de la lámina propia, se introducen en las células del huésped (no debe olvidarse que los coccidios son parásitos intracelulares obligados). Dentro de cada célula, el merozoíto sufre una diferenciación biológica para transformarse en una célula con carácter sexual, el gametocito, que puede asumir la forma de un microgametocito o macrogametocito. Se ha observado que seis horas después de la ingestión tiene lugar esta diferenciación.
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El microgametocito tiene forma ovoide o elongada y mide 7.3 × 5.0 µm. El macrogametocito también es ovoide, pero su tamaño es mayor: 10 a 20 µm de diámetro. Ambas fases del parásito continúan su diferenciación celular. En tanto que el núcleo del microgametocito sufre varias divisiones y produce una célula con más de 15 núcleos, el macronúcleo se agranda y origina el macrogameto. Los núcleos del microgametocito se dirigen a la periferia de la célula y al final se liberan para dar lugar a un microgameto cada uno de ellos. Se ha observado que un microgametocito genera de tres a 11 microgametos lo bastante fuertes para el siguiente proceso de desarrollo de los parásitos: la fecundación. Es importante recordar que todas estas transformaciones ocurren en el interior de las células del huésped, en este caso el tejido subepitelial del intestino. Al salir de la célula huésped, el microgameto penetra otra célula y, si encuentra en su interior un macrogameto, entonces lo fecunda.
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El intercambio genético entre los gametos se verifica al generar un nuevo individuo que primero sintetiza una pared que rodea al cigoto y que se conoce como ooquiste. Estos dos procesos (gametogonia y fecundación) se llevan a cabo en 24 horas. Cada ooquiste sale de la célula del huésped y recorre la luz del intestino. En este trayecto se crean en el interior del parásito dos esporoquistes, dentro de cada uno de los cuales se producen cuatro esporozoítos. La mayoría de las veces la pared del ooquiste se degrada en el trayecto de la luz del intestino y al parecer no es muy resistente a las condiciones ambientales del intestino grueso. El huésped definitivo elimina ooquistes durante la defecación, aunque sobre todo esporoquistes, los cuales se observan en heces a los siete a 14 días después de la ingesta de carne infectada con Sarcocystis. Los esporoquistes contaminan bebidas y alimentos.
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El huésped intermediario se infecta con los esporoquistes presentes en los alimentos contaminados con heces. En seguida avanzan por el tubo digestivo, se elimina su pared al pasar por el estómago y en el duodeno los esporozoítos encuentran arterias de nódulos linfáticos mesentéricos. A continuación realizan tres procesos de reproducción (denominada esquizogonia) en diferentes sitios: en el interior de las arterias los parásitos sufren la atracción de células endoteliales; a éstas las penetran y en su interior efectúan la esquizogonia, proceso por el cual el parásito sintetiza en numerosas ocasiones su núcleo. Cuando la célula endotelial está saturada de núcleos, cada uno se rodea de membrana plasmática del esquizonte y reúne organelos para separarse a continuación y originar merozoítos; estos últimos lisan la célula endotelial y continúan su recorrido sanguíneo.
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La segunda esquizogonia se observa entre los días 19 y 46 después de la infección, sobre todo en capilares de todo el cuerpo. Los merozoítos generados de la segunda esquizogonia se liberan y en el tejido muscular o nervioso llevan a cabo la tercera esquizogonia, sólo que en este caso dan lugar al sarcoquiste: el parásito se divide por endopoligenia y se redondea (se conoce como metrocito en esta fase). Asimismo, el patógeno sintetiza una pared muy gruesa y produce el sarcoquiste.
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Un sarcoquiste inmaduro contiene sólo metrocitos y no es infectivo para el huésped definitivo. A medida que madura el sarcoquiste, su pared se torna más gruesa y se producen los merozoítos, que permanecen divididos en compartimientos. Las paredes de cada compartimiento se derivan de la pared del sarcoquiste. Es importante señalar que cada metrocito libera otros dos como progenie por endodiogenia, que contienen gránulos de amilopectina. Un sarcoquiste mide en promedio 70 µm, pero su tamaño fluctúa entre 30 y 130 µm (figura 14-2). Se piensa que un quiste tiene una vida media de seis meses. El huésped definitivo se infecta al ingerir los sarcoquistes y completar el ciclo biológico. Cabe mencionar que en el ciclo silvestre actúan el depredador y la presa; en los casos en humanos, el contagio ocurre cuando consume carne de res o cerdo cocida de manera insuficiente.
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