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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
Remplazo del epitelio pavimentoso normal de la porción distal del esófago por metaplasia intestinal especializada.
La exploración endoscópica y la biopsia son esenciales para el diagnóstico exacto.
La displasia de alta malignidad deben confirmarla dos patólogos gastroenterólogos con experiencia en este campo.
Los factores de riesgo de la evolución a adenocarcinoma son hernia hiatal de gran tamaño, segmento largo de esófago de Barrett y trastornos de la mucosa (nódulos, ulceraciones o estenosis).
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El esófago de Barrett se denomina así en honor de un cirujano torácico de Londres que en 1950 publicó un artículo titulado “Úlcera péptica crónica del esófago y `esofagitis´”. En este artículo, Norman Barrett describió casos de úlceras esofágicas rodeadas de mucosa cilíndrica detectadas en la necropsia. El esófago de Barrett, entidad clínica descrita por primera vez en el artículo mencionado, es la sustitución del epitelio pavimentoso normal de la porción distal del esófago con metaplasia intestinal especializada (SIM, specialized intestinal metaplasia), producto del reflujo gastroesofágico crónico (GERD, chronic gastroesophageal reflux disease) que desencadena esofagitis y el subsiguiente cambio metaplásico del epitelio esofágico. La SIM puede proteger contra lesiones adicionales por el ácido gástrico. Sin embargo, este epitelio metaplásico también se asocia con un mayor riesgo de adenocarcinoma esofágico. En la actualidad es intenso el debate en torno a diversos aspectos del esófago de Barrett, por ejemplo, el respectivo riesgo neoplásico exacto, así como el tratamiento, una vez que se torna displásico.
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Barrett
NR. Chronic peptic ulcer of the oesophagus and “oesophagitis.”
Br J Surg. 1950;38:175–182.
[PubMed: PMID: 14791960]
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Se piensa que la prevalencia del esófago de Barrett en la población general es del orden de 1.6 a 1.7%, de modo que partiendo del censo estadounidense del año 2000, esto se traduciría en casi 3.3 millones de afectados. Por otra parte, en los pacientes con reflujo gastroesofágico, la prevalencia del trastorno es más elevada, de 5 a 10%, y cuando el padecimiento es grave, por ejemplo, esofagitis erosiva, la cifra se acerca a 10%, y tratándose de estenosis péptica del esófago, es de casi 30%. El esófago de Barrett afecta más a los varones que a las mujeres, en una proporción de casi 3:1; el paciente suele ser caucásico, de mediana edad. En algunos estudios se ha observado que el alcohol y el tabaquismo son los factores de riesgo. La conclusión de que este trastorno es una complicación del GERD crónico se basa en que es extremadamente raro en los niños con esfínter esofágico inferior (LES, lower esophageal sphincter) competente.
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El-Serag
HB, Gilger
MA, Shub
MD,
et al. The prevalence of suspected Barrett’s esophagus in children and adolescents: a multicenter endoscopic study.
Gastrointest Endosc. 2006;64:671–675.
[PubMed: PMID: 17055854]
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Evans
DE, Barron
WG. 2000 Census of Population and Housing. ...