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La nueva gestión pública (NGP) surge a finales de los años setenta del pasado siglo, coincidiendo con el crepúsculo de las políticas keynesianas que habían posibilitado el desarrollo de los Estados del Bienestar. Las revoluciones neoliberales se imponen en los años ochenta a nivel político, mientras paralelamente el análisis económico regresa a las intuiciones básicas del pensamiento económico neoclásico, sometiendo a una crítica sistemática las distintas formas de intervención del Estado en la economía de mercado, particularmente las formas burocráticas de gestión pública.
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La NGP aspira tanto a privatizar servicios públicos como a incorporar técnicas provenientes de la empresa privada para la gestión de los servicios públicos. En el sector sanitario su impacto es destacado, articulándose las reformas sanitarias entorno a esta filosofía, que aspira a mejorar la eficiencia en el funcionamiento de los sistemas sanitarios mediante los modelos «gerencialistas» y la privatización de determinados servicios.
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Los modelos gerenciales implican la importación de técnicas de gestión privada. El hospital es analizado como una empresa del sector servicios en el que las mejoras de eficiencia productiva se consiguen con una gestión «empresarial» del mismo. Durante las últimas décadas, el discurso gerencial ha dominado las estrategias de cambio del Sistema Nacional de Salud (SNS) español. Los contratos-programa o contratos de gestión, la elaboración de planes estratégicos, la gestión clínica, el desarrollo de sistemas de contabilidad analítica o la creación de cuadros de mando para monitorizar el funcionamiento de los centros sanitarios son ejemplos característicos. En el mismo sentido se han producido importantes reformas organizativas orientadas tanto a transformar la naturaleza jurídica de determinados Servicios Regionales de Salud (SRS), como a personificar jurídicamente ciertos centros sanitarios con el objetivo explícito de adecuar su funcionamiento al propio de una empresa de servicios. Estas formas jurídico-organizativas, como los entes públicos o las fundaciones públicas, siguen constituyendo formas de gestión directa, dado que su propiedad sigue siendo del sector público, si bien su gestión se adecúa en mayor o menor grado a la legislación privada.
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La gestión indirecta con la privatización de servicios sanitarios ha tenido su expresión más rotunda en distintas fórmulas de partenariado público-privado (Public Private Partnership, PPP), que son distintos tipos de acuerdos institucionales y estables entre dos o más organizaciones públicas y privadas, para desarrollar conjuntamente productos o servicios, compartiendo riesgos, costes y beneficios. Aunque los esquemas de PPP son muy amplios y variados, todos se desarrollan mediante algún tipo de negociación y acuerdo entre los que controlan activos en el sector privado con objetivos privados y los que controlan activos en el sector público con objetivos públicos.
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El objetivo de este texto es analizar las distintas formas de gestión directa e indirecta surgidas en el SNS en las últimas décadas. El epígrafe a continuación contextualiza las reformas organizativas de gestión directa e indirecta en el SNS español. Los epígrafes 3 y 4 analizan, respectivamente, las distintas formas ...