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La salud ocupa el primer lugar en la valoración de los ciudadanos de los países desarrollados, consume entre el 8 y el 14 % del PIB, genera un volumen importante de empleo y actividad económica, y el coste no deja de crecer. A pesar de su importancia para los ciudadanos, las sociedades avanzadas no están dispuestas a invertir indefinidamente en los servicios de salud y la exigencia de eficiencia es, y será, creciente.
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Los servicios sanitarios son organizaciones gigantescas, muy complejas, con retos notables de gestión pero aún con mayores dificultades de evaluación y demostración de sus resultados. En las últimas décadas, este panorama ha cambiado notablemente en los aspectos técnicos, pero quedan sin embargo muchos retos para asegurar el nivel de conocimiento adecuado que permita la evaluación de la eficacia, la eficiencia y los resultados.
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Una mirada rápida a la evolución de los servicios de salud en los aspectos clave relacionados con el conocimiento muestra:
Una valoración creciente de la necesidad de modernización de la gestión.
Un cambio en el enfoque organizativo centrándolo en el núcleo esencial de este negocio (cuidar la salud de los pacientes) y los productores clave (los profesionales).
Un esfuerzo creciente en la producción de información relevante para la gestión, con énfasis en la gestión clínica de los procesos asistenciales, y con inversiones crecientes en tecnologías de la información y la comunicación.
Mayor presión en la productividad y eficiencia de las instituciones exacerbada aún más por la reciente crisis económica.
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Estos aspectos junto con los cambios demográficos y de morbilidad están produciendo un cambio de foco y paradigma: de la institución (hospital o centro de salud) a la red de servicios de salud que atiende a una población; de la prioridad de control sobre el hospital como institución más costosa, a la gestión y evaluación de la red de servicios sanitarios en su conjunto; de la primacía de evaluación del tratamiento de la patología aguda, a la gestión del paciente crónico. En este marco se están produciendo cambios organizativos y funcionales importantes hacia el cuidado global de los pacientes. Muchos hospitales además ya están inmersos en procesos de integración, sean organizativos o funcionales, con la atención primaria. El tratamiento de la información y el conocimiento necesarios para la gestión debe por tanto también evolucionar. Este capítulo incluye esta nueva visión: la gestión integral de los procesos asistenciales.
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El objetivo perseguido es poner al día los conceptos, métodos y condicionantes para obtener una información útil para la gestión de los procesos orientada a los resultados (incluyendo la eficiencia) y distribuir este conocimiento a los médicos.
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Este capítulo revisa los aspectos básicos para facilitar a los profesionales un conocimiento útil para la mejora de los procesos bajo su responsabilidad, sin tratar de los elementos tecnológicos sino de los avances realizados en el campo de las metodologías de análisis y transformación de los ...