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1. INTRODUCCIÓN: CONCEPTO DE COORDINADOR

El concepto de coordinador de trasplantes nació en los países anglosajones y del centro de Europa a principios de los ochenta, coincidiendo con la reincorporación al arsenal terapéutico de las intervenciones de hígado y corazón y la consiguiente necesidad de disponer de estos órganos en las condiciones adecuadas. Este tipo de trasplantes, iniciados en los sesenta, tuvieron que aguardar a la introducción de medicamentos inmunosupresores más eficaces, así como a una serie de mejoras tanto médicas como quirúrgicas, antes de conseguir su generalización en los países occidentales, acompañando al trasplante renal, mucho más simple y con resultados aceptables desde hacía ya bastantes años.

El hecho de que de un mismo donante fallecido se pasaran a extraer varios órganos, y a veces por parte de equipos quirúrgicos ubicados muy lejos del hospital donde se producía la donación, cambió por completo el panorama, al pasar de la relativamente sencilla extracción renal a la multiorgánica, con una logística sensiblemente más compleja. De ahí surgió la necesidad de profesionales que cubrieran todas las nuevas demandas organizativas. Las peculiaridades laborales, sociales y retributivas de cada país dieron lugar a perfiles muy distintos aunque agrupados desde el punto de vista de la terminología bajo el epígrafe de transplant coordinator. La diversidad de responsabilidades quedó recogida incluso en el idioma inglés bajo los términos de procurement coordinator, clinical coordinator, preservation technician, etc., agrupados desde sus inicios en la NATCO (North American Transplant Coordinators Organization), con el apellido común de coordinador.

Un factor habitual en la mayoría de los países que primero adoptaron el concepto, y desde luego en Estados Unidos, fue el carácter no médico de los coordinadores y su papel meramente auxiliar en el proceso de donación-trasplante. Enfermeras, técnicos, asistentes administrativos, trabajadores sociales pasaron a desempeñar unas tareas que en casi todos los países se contemplaban como tediosas, rutinarias y casi siempre marginales en el proceso de implantar el órgano en el cuerpo del receptor. Obvio es decir que los niveles retributivos de los médicos norteamericanos hacían imposible plantear siquiera su intervención en unas tareas consideradas secundarias.

El concepto de coordinador se introduce en España como tantas otras cosas en materia de trasplantes, a través de Cataluña a mediados de los ochenta coincidiendo con el entusiasmo innovador de los primeros años de transferencias sanitarias a dicha comunidad desde la Administración Estatal. Los impulsos iniciales de la primera hornada permitieron entre otras cosas aumentar muy sensiblemente la actividad trasplantadora renal de los equipos de Barcelona hasta hacerla equivalente a la de Madrid, hasta entonces claramente superior. Al tiempo, su trabajo preparó el terreno para las primeras intervenciones con éxito de corazón e hígado efectuadas en 1984. Se introdujo así el concepto de donante multiorgánico (en contraposición a la donación exclusivamente renal desarrollada hasta entonces) tal como se entiende hoy día, en que prácticamente cualquier órgano o tejido es al menos valorado para su ...

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