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Esófago

Esofagitis

La esofagitis es la inflamación de la mucosa del esófago, puede extenderse a las capas más profundas del órgano. Su incidencia es frecuente y afecta alrededor de 5% de la población en el mundo occidental.

Esofagitis por reflujo

Es la causa más común de esofagitis y se debe al vaciamiento retrógrado del contenido gástrico ácido o duodenal alcalino hacia la parte inferior del esófago. Casi todos los pacientes son mayores de 40 años, pero lactantes y niños pueden ser afectados. Los síntomas incluyen disfagia, pirosis, hematemesis, melena o manifestaciones respiratorias. Sin embargo, la gravedad de los síntomas puede que no se relacione estrechamente con la extensión del daño histológico. Es decir, hay individuos que tienen reflujo sintomático de corta duración sin lesiones en el epitelio. Es más probable que el daño histológico se relacione con la exposición prolongada al jugo gástrico en la parte inferior del esófago.1 El dolor puede imitar al de un infarto cardiaco.

Entre las causas más comunes se incluyen factores que disminuyen el tono del esfínter esofágico inferior reduciendo así su capacidad antirreflujo; por ejemplo, fármacos que deprimen el sistema nervioso central, hipotiroidismo, la presencia de sonda nasogástrica, embarazo y esclerosis sistémica. La esofagitis por reflujo también se asocia a la presencia de hernia hiatal por deslizamiento, estenosis pilórica que lentifica el vaciado gástrico, obesidad, tabaquismo, consumo de alcohol y disminución de la capacidad reparativa de la mucosa esofágica. Sin embargo, la combinación de estas causas puede verse en un paciente individual, pero en muchos otros casos la causa se desconoce.

Los hallazgos macroscópicos se aprecian durante la endoscopia, pero en los casos no complicados lo único que puede observarse es hiperemia o edema. En casos más graves se pueden ver úlceras lineares con exudado. Sin embargo, en 50 a 60% de los casos la endoscopia puede ser normal y, por tanto, se requiere biopsia para documentar reflujo si hay sospecha clínica y la endoscopia es normal.

Desde el punto de vista histológico, el infiltrado puede ser mixto con la presencia de neutrófilos, eosinófilos y linfocitos en el epitelio escamoso. Quizá los eosinófilos son el hallazgo más temprano, aunque no son tan numerosos como se ven en la esofagitis eosinofílica, la cual es una entidad diferente. El epitelio muestra también hiperplasia de la capa basal, edema intercelular, balonización de las células escamosas, así como elongación y congestión de las papilas de la lámina propia. También se puede observar multinucleación de las células escamosas, lo cual puede imitar un efecto viral citopático.

Un tipo de laceración de la mucosa esofágica, que puede asociarse con el acto de vomitar o náuseas intensas, es el síndrome de Mallory-Weiss, en el cual las fisuras ocurren alrededor de la unión gastroesofágica y afectan la mucosa y la submucosa. Las fisuras pueden ser tan graves ...

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