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C. O. es una mujer blanca de 29 años que acude con antecedentes de varios años de infertilidad y posteriores abortos espontáneos recurrentes.
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Sus antecedentes médicos y quirúrgicos fueron negativos. En su historial ginecológico se destaca dismenorrea intensa durante varios años que se resolvió con antiinflamatorios no esteroideos. Su ginecólogo encontró una concentración baja de progesterona en la fase lútea y le indicó tratamiento con 50 mg de citrato de clomifeno los días 5-9 del ciclo.
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Respondió bien al fármaco con una concepción posterior. El embarazo terminó con un aborto espontáneo cinco semanas después. No se requirió dilatación y legrado (D&C) y la paciente tuvo buena recuperación. Siguió sin poder concebir por sí misma y de nuevo recibió tratamiento con citrato de clomifeno. Volvió a concebir y presentó de nuevo un aborto espontáneo —en esta ocasión a las siete semanas de gestación— sin que se realizara D&C.
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Se sometió a la paciente a valoración para determinar la causa de las pérdidas recurrentes. El cariotipo fue normal en ambos cónyuges. La valoración hormonal fue normal, con excepción de la concentración baja de progesterona en la fase lútea media. Los análisis inmunológicos o de infecciones no revelaron causa para los abortos recurrentes. La histerosalpingografía (HSG) demostró un defecto de llenado en línea media.
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Se informó a la paciente sobre los resultados y el potencial de abortos en el futuro. Se le explicó claramente la necesidad de valoración adicional y de posible curación por medio de un abordaje histeroscópico o abdominal, junto con los riesgos y beneficios. Eligió intentar una vez más con el tratamiento de citrato de clomifeno, con la esperanza de evitar la cirugía.
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A las ocho semanas de gestación, debida a una ovulación que se indujo con el citrato de clomifeno, la ecografía vaginal reveló actividad cardiaca fetal positiva. Mientras seguía recibiendo 100 mg, tres veces al día, de progesterona micronizada, se le canalizó con su ginecólogo para recibir atención obstétrica de rutina. A las 12 semanas de gestación, la paciente tuvo un aborto incompleto que requirió D&C. Se recuperó sin secuelas y posteriormente regresó a consulta para posterior valoración y tratamiento.
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Se permitió que pasaran varios meses antes de realizar la histeroscopia/laparoscopia, que reveló un tabique intrauterino amplio y endometriosis en etapa I. Para valorar la profundidad y amplitud del tabique, durante el procedimiento se utilizó una sonda laparoscópica LaparoScan (EndoMedix, Irvine, CA) de 7.5 Hz; se eliminó el tabique con un asa de resectoscopio para histeroscopia, configurada en 40W. Después de la resección, se utilizó de nuevo la sonda ecográfica para medir el grosor del miometrio y verificar la resección del tabique. En el fondo uterino se colocó e infló una sonda Foley de 30 ml, 18 F, con la punta cortada. Se dio de alta a la paciente y se le indicó tratamiento con un antibiótico de amplio ...