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INTRODUCCIÓN

Los síntomas congruentes con trastornos endocrinos, y las alteraciones de los valores de laboratorio endocrinos, se observan con cierta frecuencia en individuos con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Algunos de estos cambios son comunes a cualquier enfermedad sistémica importante; otros parecen ser más específicos para la infección por VIH o sus terapias. En la infección por VIH pueden encontrarse alteraciones incluso antes de que ocurra alteración inmunitaria importante en clínica. A medida que el individuo infectado presenta alteración inmunitaria, las infecciones y las neoplasias oportunistas —así como los agentes usados en el tratamiento de estos trastornos— pueden dar lugar a cambios adicionales de la función endocrina. Aquí se comentarán alteraciones de la función endocrina que pueden acompañar a la infección por VIH y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), con enfoque en la evaluación de datos clínicos y de laboratorio, y la interpretación de los mismos.

TRASTORNOS TIROIDEOS

En la era de la terapia antirretroviral muy activa (HAART), la disfunción tiroidea clínica es relativamente poco común en pacientes con infección por VIH estables. En varios estudios la prevalencia de hipotiroidismo fue de 1 a 2.5%, y la de hipertiroidismo, de 0.5 a 1%. La prevalencia de enfermedad subclínica fue más alta, con hipotiroidismo subclínico de entre 3.5 y 20%, e hipertiroidismo subclínico <1%, aunque las definiciones variaron entre los estudios. Estos datos no apoyan el uso de pruebas para detectar enfermedad tiroidea por arriba de las pautas estándar. Con la enfermedad por VIH avanzada, ocurren alteraciones de la función tiroidea, pero por lo general no dan por resultado disfunción clínica. En pacientes con SIDA deben considerarse los efectos de infecciones y de afección neoplásica oportunistas de ...

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