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Generalidades y consideraciones anatómicas

Los párpados constituyen un valioso sistema de protección para los ojos. Son, de hecho, membranas con movimientos de ascenso y descenso que permiten esparcir las lágrimas, proteger el globo ocular de la desecación durante el sueño y de la luz excesiva durante la vigilia, así como evitar la entrada de partículas.

Están constituidos por varias capas. La más externa es la capa cutánea, debajo de la cual se encuentran dispuestas la capa muscular, la tarsal y, por último, la mucosa. Es muy importante tener en cuenta que en los párpados hay dos tipos de músculos: los que se encargan de abrirlos (también llamados retractores), que son el músculo elevador del párpado y el músculo de Müller, y aquellos que se encargan del cierre (o protractores), siendo el principal el músculo orbicular.

La piel de los párpados es la más delgada del organismo, sobre todo en el párpado superior, donde aparecen múltiples pliegues horizontales cuando los párpados están abiertos. En esta piel encontramos todos los elementos presentes en la de cualquier otra parte del organismo, incluyendo glándulas sudoríparas; donde se presentan cualesquiera de las enfermedades dérmicas. La piel de los párpados está muy poco adherida a los planos profundos; esto permite su desplazamiento fácil y explica por qué pueden acumular fácilmente líquidos, como en los edemas por insuficiencia cardiaca o problemas renales.

Por debajo de la piel se encuentra la capa muscular, la cual está formada por el músculo orbicular, un músculo aplanado y elíptico de configuración semicircular inervado por el nervio facial. Por su disposición en arcadas superior e inferior, permite que su función sea similar a un esfínter: cierre suave durante el parpadeo normal y el sueño, o enérgico y fuerte como mecanismo de defensa.

El músculo orbicular está constituido por dos porciones: la orbitaria y la palpebral. La porción orbitaria se encarga del parpadeo forzado o enérgico, mientras que la palpebral se encarga del parpadeo involuntario que se presenta entre ocho y 12 veces por minuto, además de mantener los párpados ocluidos al dormir.

El músculo antagonista del orbicular es el músculo elevador del párpado, el cual está inervado por el nervio motor ocular común. Este músculo se origina en el vértice de la órbita y corre hacia adelante por encima del músculo recto superior, con el que guarda estrecha relación, la cual permite que el párpado acompañe al ojo cuando éste se eleva o deprime.

En la porción inferior del párpado y por detrás del músculo orbicular se encuentra el tarso. Mide 10 mm en su porción vertical en el párpado superior y 5 mm en el inferior. Está formado por una capa de tejido conjuntivo que proporciona solidez al párpado y le permite conservar una curvatura con concavidad posterior para mantenerlo en contacto con el globo ocular. Los tarsos superior e inferior se unen con el ...

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