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La conjuntiva bulbar interpalpebral es una zona expuesta a irritaciones ambientales como sol, aire, frío, calor, sustancias tóxicas, que la afectan de modo constante. La conjuntiva responde a esos estímulos inflamándose; estas continuas inflamaciones producen cambios cronicodegenerativos que pueden dar origen a la aparición de NEOFORMACIONES CONJUNTIVALES.
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La aparición de estas neoformaciones no siempre tiene una relación de intensidad de causa y magnitud de efecto. Existen sin duda predisposiciones idiosincrásicas, climáticas, raciales o hereditarias que determinan su aparición.
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Es la más común de estas degeneraciones. Aparece tempranamente en la vida, rara vez antes de los 18 años. Es una lesión de forma más o menos triangular cuya base se acerca al limbo esclerocorneal y su vértice está dirigido hacia los ángulos externo o interno del globo ocular. Se localiza en el plano horizontal de la conjuntiva en la región interpalpebral expuesta. Tiene un aspecto amarillento un tanto gelatinoso y la gente se refiere a ella como “carnosidad” (Fig. 13-1).
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Desde el punto de vista histopatológico se trata de una degeneración elastósica de la conjuntiva. Tiene mayor tendencia a aparecer en el ángulo nasal desde el limbo esclerocorneal, pero puede presentarse nasal y temporal, unilateral o bilateral. Con el paso del tiempo las lesiones toman un aspecto más amarillento y tienen tendencia a engrosarse. Son más frecuentes en el anciano, en quien a veces se observan con leves calcificaciones. Poseen neovascularización, por lo que con estímulos inflamatorios se observan hiperémicas y acuminadas.
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La PINGÜÉCULA no es una enfermedad sino una degeneración de la conjuntiva. No hay tratamiento alguno para ella, pues no representa enfermedad alguna. Cuando las pingüéculas se observan enrojecidas o inflamadas, el uso de vasoconstrictores locales ayuda a mantener el ojo esclarecido. Su escisión, aunque puede plantearse sólo en ocasiones y su técnica es muy sencilla, tiene el inconveniente de estimular el tejido de neoformación y con ello la aparición de pterigiones o recidivas.
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Es una degeneración conjuntival de mayor tamaño y exuberancia. Es, asimismo, una degeneración conjuntival elastósica e hialina con mayor neovascularización y tejido de neoformación. Aunque en ocasiones una pingüécula puede evolucionar a esta forma exuberante, no es frecuente que lo haga. Hay cierta disposición familiar y racial a desarrollarlo. El origen es sin duda una irritación crónica de la conjuntiva, aunque en el caso del pterigión las radiaciones solares en un terreno idiosincrásico parecen constituir la causa.
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En la actualidad se acepta que la posible causa desencadenante comprenda radiaciones solares aunadas a ciertos factores hereditarios o raciales.
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Cualquiera que sea el caso, su aspecto clínico y comportamiento ...