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Generalidades

Los exámenes de diagnóstico por imágenes son imprescindibles para el estudio de los pacientes con una gran variedad de enfermedades oftalmológicas. Permiten descartar o confirmar enfermedades y proporcionan además elementos que ayudan a establecer el diagnóstico etiológico y también a establecer con precisión la extensión del padecimiento que es invaluable, sobre todo en aquellos casos donde se deba realizar un procedimiento quirúrgico.

Los métodos que se utilizan en la actualidad son la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM). Debido a su poca sensibilidad y a la superposición de imágenes, las radiografías simples tienen muy poca utilidad para el estudio de estos pacientes. La ultrasonografía o ecografía muestra su mayor utilidad en la evaluación de los globos oculares y, aunque se trata de un método de imagen, no será tratado en este capítulo.

Existen tres áreas anatómicas principales para explorar con los métodos de imagen: las órbitas, la región sillar y el cráneo. Al igual que para la aplicación de cualquier otro estudio auxiliar de diagnóstico, es necesario realizar un análisis clínico cuidadoso del paciente para determinar con la mayor precisión la patología y su localización.

En este capítulo se mencionan los aspectos fundamentales, ventajas y limitaciones de la TC y la RM, y se señalan las indicaciones principales y su aplicación en las áreas anatómicas a explorar.

Al final del capítulo se presentan los detalles más importantes de la anatomía radiológica de las regiones a explorar, así como la patología encontrada con más frecuencia.

Métodos de imagen

Tomografía computarizada

Brinda una excelente resolución espacial y es bastante útil en la patología de la órbita debido a los contrastes propios, ya que el contenido orbitario se encuentra rodeado por abundante grasa. Es el método de elección en la evaluación del hueso tanto esponjoso como de la corteza. Muestra las calcificaciones y también los cuerpos extraños metálicos. Los tejidos y materiales tienen una representación conforme a la proporción en que absorben la radiación; así, el aire prácticamente no absorbe radiación X, es radiolúcido, es decir, negro, al contrario del hueso que es radiopaco y se ve blanco. En la Fig. 29-1 se representan los diferentes materiales y tejidos como se observan en la TC.

Fig. 29-1.

Observación de los principales materiales y tejidos por TC.

Los cortes pueden ser procesados para ver los tejidos blandos o el hueso. Según las estructuras que estén alteradas, es frecuente que en un mismo estudio se requieran ambas técnicas (Fig. 29-2).

Fig. 29-2.

TC axial. A) Técnica para hueso. B) Técnica para tejidos blandos. C) Técnica para tejidos blandos con medio de contraste intravenoso. Véase la diferencia de densidad del seno cavernoso (flechas largas) y la arteria basilar ...

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