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Introducción

Para sobrevivir debemos ser capaces de aventurarnos en senderos desconocidos.

LA COSTUMBRE. ALBERONI

La compasión es un sentimiento que suscita la comprensión del sufrimiento del otro y el sincero deseo de ayudarlo. Ayudar es un talento, ya que dar sin razonar no suele tener un efecto benéfico. Hay que tener en verdad la capacidad de ver y dar lo que el otro necesita en realidad. Las decisiones, en especial las difíciles, están matizadas por emociones personales, que a su vez son consecuencia de la historia personal y las creencias, además del miedo que genera la ignorancia, así como de las costumbres y presiones de la sociedad. Son necesarias cuidadosas reflexiones para superar estas limitaciones. En geriatría, ante la edad avanzada y la fragilidad que ésta confiere, se enfrentan retos extraordinarios en la misión de ayudar. La bioética se generó a partir de las dificultades derivadas de la genética, entre ellas la fecundación in vitro, y otras más, pero también asuntos relacionados con el comienzo y el término de la vida. Son muchos los temas controversiales en la bioética que se tratan en geriatría y cada día surgen otros, razón por la cual el equipo de salud debe consultar de forma constante las herramientas que le permiten tomar decisiones sanas para sus pacientes envejecidos, la familia y la sociedad misma.

A continuación se describen de manera breve los diversos problemas que enfrenta el viejo en la atención de la salud. Desde luego, otros muchos se generarán, ya que las decisiones deben individualizarse sin olvidar los principios universales de la ética de común pertenencia, aun en el contexto especial de la vejez y sus dilemas. ¡Que nada humano nos sea ajeno!

La edad como variable independiente

En muchas instancias se considera la edad como un elemento central para tomar decisiones, aunque tomada tan sólo como un simple número: a los 60 años la persona se jubila y ello supone incluirla oficialmente en la categoría de “vieja”. Se le adjudican entonces las características que la sociedad atribuye al envejecimiento, las más de las veces negativas y falsas. Es posible que se la considere incapaz de decidir, valerse por sí misma, tener una vida plena en todas sus dimensiones y participar en la sociedad. Se le restringen ciertas oportunidades simplemente porque ha llegado a la edad cronológica que se conoce como vejez. La oferta de salud y las decisiones tomadas al respecto no escapan de estos mitos y creencias. No es infrecuente, por ejemplo, la limitación del acceso a ciertos servicios de salud, como la terapia intensiva, la diálisis o los procedimientos quirúrgicos. El proceso de envejecimiento es al mismo tiempo universal e individual; en consecuencia, los individuos mayores de 60 años viven circunstancias por completo diferentes, sean físicas, emocionales o sociales, y por tanto, es posible atender a pacientes con escasas reservas y oportunidades y ...

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