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Incontinencia urinaria
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Los cálculos poblacionales señalados en otros capítulos permiten establecer que México experimenta una transición, demográfica y epidemiológica, hacia una población envejecida creciente con problemas derivados de comorbilidad y enfermedades crónicas que exigen profundizar en los conocimientos respectivos. Las incontinencias urinaria y fecal ocupan un lugar importante en la problemática holística debido a sus repercusiones y efectos negativos, sea en la autoestima o en la calidad de vida y los problemas psicoafectivos que interfieren con las actividades de autocuidado, sociales y de recreación.
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Es la pérdida involuntaria e incontrolada de orina o la incapacidad para retenerla en la vejiga y tiene como consecuencia problemas físicos, higiénicos, psicológicos y sociales. Su gravedad se valora en función de la frecuencia con que se presenta y la cantidad de orina perdida.
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Es difícil determinar con exactitud la prevalencia y la incidencia de la incontinencia urinaria con base en los datos aportados por diversas investigaciones en cuanto a grupo de edad, raza, género, tipo de población (es decir, pacientes institucionalizados, hospitalizados o residentes de la comunidad) y, por tanto, los porcentajes. De acuerdo con lo anterior, puede considerarse lo siguiente:
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Población anciana que sufre incontinencia urinaria: 8 a 34%.
Hombres, 6.6%; mujeres, 14.5%.
En individuos mayores de 65 años la prevalencia es de 6% y de 15% en los mayores de 85 años, en ambos sexos.
Hasta 30% de la población de adultos mayores experimenta incontinencia urinaria en algún momento de su vida.
Entre pacientes institucionalizados, 55.1 a 66.6% se ve afectado por este problema.
El porcentaje alcanza 33.3% entre ancianos que residen en la comunidad.
Es más frecuente en el sexo femenino en una relación de 2:1.
Afecta a 30 a 40% de las mujeres ancianas.
Entre los varones, la nicturia afecta a 65.2%; las veces que se acude al baño fluctúan entre una y tres. Las mujeres que presentan este síntoma constituyen alrededor de 62.2%.
Se incrementa de forma exponencial con la edad.
La prevalencia es mayor cuando coexiste con el síndrome demencial: 36% en adultos mayores con cognición íntegra respecto de 77% en ancianos con demencia.
Entre los ancianos con demencia es más frecuente en caso de demencia senil tipo Alzheimer, en comparación con los afectados por demencia vascular.
La inmovilidad causa incontinencia urinaria; se afecta 82% de los sujetos frente a 24% de quienes tienen independencia funcional.
La incontinencia urinaria se relaciona con estreñimiento, incontinencia fecal e infección urinaria.
Macauley et al. informan que, comparada con la población general, la frecuencia del trastorno de ansiedad se incrementa en los ancianos incontinentes.
Es una causa de ingreso a instituciones.
En el equipo que cuida del paciente anciano con incontinencia son frecuentes las actitudes negativas y el síndrome de burnout (síndrome de desgaste profesional).
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Brown et al. informan que 55% de ...