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Introducción

A la vejez, viruelas.

REFRÁN POPULAR

Conceptos básicos

  • Hay más susceptibilidad a las infecciones en el envejecimiento.

  • La morbimortalidad relacionada es muy importante. La infección, en especial la respiratoria, es el suceso terminal más frecuente.

  • Las infecciones más comunes ocurren en las vías urinarias, respiratorias y tejidos blandos; es común la gastroenteritis en la población envejecida institucionalizada.

  • La presentación atípica es la más habitual, en especial delirium, caídas y abatimiento funcional. La fiebre es poco común.

  • Además de la inmunosenescencia, hay múltiples factores asociados que favorecen la infección y sus complicaciones.

  • La bacteriuria no es sinónimo de infección de las vías urinarias.

  • La infección es quizás la complicación más frecuente y letal en una hospitalización.

Los seres vivos mayores son portadores de millones de microorganismos que coexisten de forma equilibrada en los sistemas corporales, pero en cualquier momento el equilibrio puede alterarse y se observa un cambio de portadores a víctimas. A partir de una colonización llamada “flora normal”, que incluso es vital para una buena fisiología, se desencadena un proceso patológico infeccioso, casi siempre determinado por la pérdida de la integridad en algún frente de defensa o resistencia del organismo que torna susceptible al individuo. Pese a los grandes avances en la microbiología y el tratamiento antimicrobiano, las enfermedades infecciosas son aún cuantiosas y pueden ocasionar la muerte. En el envejecimiento, el equilibrio de coexistencia con los microorganismos puede perderse y precipitar una catástrofe. Así han provocado grandes epidemias; cuando hay devastación por guerras, terremotos o inundaciones, son las infecciones las que provocan una segunda y extensa ola de mortalidad. La tuberculosis es todavía el proceso infeccioso más extendido globalmente (véase el capítulo 48).

Las infecciones son problemas comunes hacia la edad avanzada; el envejecimiento por sí mismo altera la función inmunitaria, pero concurre una gran cantidad de factores relacionados que tienen quizás una función determinante en el desarrollo y respuesta a los procesos infecciosos. La defensa ante infecciones depende de la concurrencia de muchas circunstancias; cada parte del cuerpo está diseñada para aislar del exterior y prevenir la invasión desmedida por microbios, desde la integridad de la piel y las mucosas hasta la compleja competencia de los leucocitos. El tiempo, el desgaste y las enfermedades modifican la integridad de estos sistemas y los hace vulnerables; en consecuencia, no es raro atender a personas ancianas con enfermedades infecciosas. El envejecimiento lleva a una homeoestenosis que pueden aprovechar los microorganismos para desarrollarse. Esta vulnerabilidad también favorece complicaciones que no pocas veces precipitan la septicemia. En el envejecimiento hay algunos procesos infecciosos que son más comunes, se presentan en forma atípica y desarrollan mayor número y complicaciones más graves; el tratamiento es más complicado y con ello se incrementa la mortalidad. El concepto geriátrico de reserva homeostática y fragilidad explica con claridad estas evidencias de las infecciones en la edad avanzada. Cuantos más órganos, ...

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