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Introducción

Las alteraciones tiroideas que afectan con regularidad a las personas ancianas pueden presentarse de forma muy distinta en comparación con los jóvenes; las más de las veces no se observan los signos típicos y prevalecen más las anomalías agrupadas bajo el concepto de presentación atípica, que en los individuos envejecidos es más bien típica. Tales son los casos de la tirotoxicosis apática, el hipotiroidismo subclínico y los tumores de tiroides de diseminación activa; este tipo de presentación es propio de esta edad, lo que representa un reto para el clínico, que debe estar siempre alerta ante problemas indoloros o manifestaciones que parecen no adecuarse a los dictados clínicos.

Los signos y síntomas inespecíficos, así como los cambios propios del envejecimiento como la fatiga, apatía, anorexia, pérdida de peso, estreñimiento, piel seca, pérdida de pelo, dificultad para concentrarse, bradipsiquia, dificultad para recuperarse y falla para rehabilitarse, se atribuyen con frecuencia a otras enfermedades o a la edad avanzada, no al trastorno tiroideo. Los síntomas de hipotiroidismo fácilmente pueden confundirse con los propios del envejecimiento y pueden pasar décadas sin diagnosticarse, hasta que se presenta alguna disfunción mayor de la glándula tiroides. El hipertiroidismo puede ser subclínico, manifestado sólo por intranquilidad o ansiedad como presentación atípica. Las alteraciones del comportamiento son signos comunes tanto en viejos como en personas afectadas de otras edades.

Aunque la palpación de la tiroides en el anciano puede ser difícil debido a la presencia de obesidad, cifosis cervical y cambios en la pared torácica, frecuentes en estos pacientes, en el examen físico representa el segundo lugar en errores de la exploración física, sólo después del corazón; esto tiene relevancia ya que una buena exploración puede evitar costosos estudios de imagen o de laboratorio.

Por otro lado, los resultados de las pruebas de función tiroidea pueden interpretarse de manera errónea en los ancianos y a menudo se notifican anormales debido a la presencia de enfermedades crónicas o agudas y al consumo de algunos fármacos. Las pruebas tiroideas se alteran con facilidad; especialmente común es el error de tomarlas durante una hospitalización cuando el estrés fisiológico está presente.

Por último, en relación con el tratamiento, suele ser más complicado que en el adulto joven por la presencia de enfermedades crónicas subyacentes, en particular cardiopatías, y por el metabolismo alterado de la hormona tiroidea, así como otros padecimientos concurrentes y la administración de varios fármacos a la vez.

Cambios en la glándula tiroides relacionados con el envejecimiento

Existen muchas investigaciones inconsistentes en relación con los cambios macroscópicos, microscópicos y funcionales en la tiroides envejecida. Algunos investigadores informan que no observaron cambios ni en el tamaño y ni en el peso, en tanto que otros encontraron un incremento del doble del tamaño normal en adultos mayores de 70 años y otros más hallaron cambios atróficos, fibrosis y disminución del peso; ...

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