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Aspectos gerontológicos
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Si yo fuera un viejo enfermo e ingresara a un hospital con un síndrome clínico grave, me gustaría que mi médico conociera a profundidad varios aspectos de mi entorno familiar y algunas de las características de mi personalidad, así como el amor que pude sembrar en mi entorno. Tal vez yo cuente con todo el apoyo de mis seres queridos (en ocasiones esta premisa no se cumple), sin omitir el hecho de que es muy probable que dependa económicamente de mis hijos. Y a pesar de haber sido un buen padre o cónyuge, quizá me encuentre solo, y en el mejor de los casos, con buena funcionalidad y aun cierto punto independiente.
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Sin duda, estos factores influirán en mi evolución clínica dentro y fuera del hospital. Sin embargo, lo más importante es que después de todas las agresiones (traumatismos, sepsis, intervención quirúrgica mayor, procedimientos diagnósticos invasivos, polifarmacia, etc.) que produjeron un desequilibrio homeostático en mi persona, mi médico esté consciente de que aún tengo posibilidades de recuperar la salud, con una buena calidad de vida. Aquí vale la pena recordar lo que los geriatras saben: entre menos funcionalidad haya antes de una hospitalización, menos probabilidades habrá de vivir bien después o, por lo menos, la recuperación será más prolongada y costosa, moral y económicamente.
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Direcciones avanzadas
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Sería importante que mis médicos conocieran mi forma de pensar respecto de un hecho inevitable: mi muerte. Si estoy preparado conmigo mismo y con los demás, si presento un deterioro orgánico múltiple secundario al efecto de padecimientos crónicos que empeoran el pronóstico y dificultan la recuperación, tal vez tenga en mente algunas condiciones para la atención que deseo que me brinden en esta crisis, y es probable que lo tenga por escrito, mediante un documento legal, o lo haya manifestado antes a mis seres queridos o a mi médico.
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Disminución de la reserva homeostática
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En caso de que desee apoyo total e ingrese a un servicio de terapia intensiva, espero que los médicos que me atiendan conozcan algunas de las peculiaridades del paciente grave, mayor de 70 años. Si bien debe ser del conocimiento de todo médico, me gustaría que un geriatra y un intensivista fueran los responsables de mi atención en esa unidad, cada uno en el área que le corresponde. Mi historial médico implica sutilezas que sólo un geriatra o alguien entrenado para la atención de los viejos puede interpretar, como la polifarmacia tan frecuente entre nosotros, pues las prescripciones medicamentosas exageradas constituyen una de las causas de diferentes cuadros clínicos yatrógenos, entre otros delirium, caídas, intoxicación farmacológica, desequilibrio hidroelectrolítico, depresión, desacondicionamiento físico con inactividad secundaria y fragilidad, todas entidades nosológicas que pueden evitarse y que quizá sean producto de desinformación de los médicos respecto de la farmacodinamia y la cinética de los fármacos en un ambiente orgánico con 40% menos de ...