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Identificar la ecuación de Henderson-Hasselbalch para el sistema amortiguador dióxido de carbono-bicarbonato.
Mencionar las principales fuentes para el ingreso de ácidos y bases fijos al cuerpo, incluso procesos metabólicos y actividades del tracto gastrointestinal.
Describir cómo el ingreso de ácidos y bases fijos afecta la concentración corporal de bicarbonato.
Explicar por qué el ingreso de ácidos y bases fijos por lo general no altera la concentración corporal de dióxido de carbono.
Entender por qué algunos líquidos de pH bajo alcalinizan la sangre después de que son metabolizados.
Describir la resorción de bicarbonato filtrado por el túbulo proximal.
Definir cómo el bicarbonato es excretado en respuesta a una carga alcalina.
Describir cómo la excreción de ácido y la generación de bicarbonato nuevo están enlazadas.
Explicar cómo la titulación de amortiguadores filtrados es un medio de excretar ácido.
Identificar cómo la conversión de glutamina en amonio y la excreción subsiguiente de amonio alcanza el objetivo de excreción de ácido.
Explicar cómo los riñones manejan el amonio que se ha secretado en el túbulo proximal.
Mencionar cómo la excreción total de ácido se relaciona con la acidez titulable y la excreción de amonio.
Definir las cuatro categorías de la alteración ácidobásica primaria, y el significado de compensación.
Describir la respuesta renal a trastornos acidobásicos respiratorios.
Identificar problemas no renales que pueden hacer que los riñones generen una alcalosis metabólica.
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La regulación del equilibrio acidobásico es una tarea clave del organismo, y las perturbaciones de dicho equilibrio figuran entre los problemas de mayor importancia que confrontan los médicos en un hospital. La concentración en sangre de ácidos y bases es regulada por una asociación entre los riñones y el sistema respiratorio (véase el capítulo 37).
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Es esencial que el cuerpo regule la concentración de protones libres (iones hidrógeno) en el ECF. Si bien casi todas las sustancias reguladas mediante procesos renales existen a concentraciones plasmáticas dentro del rango milimolar o mayor, la concentración normal de ion hidrógeno es al parecer diminuto 40 nmol/l (1 nmol es una millonésima parte de 1 mmol). Aun cuando es muy pequeña, esta concentración es crucial para la función del organismo. A medida que grupos funcionales en proteínas de membrana son protonados y desprotonados, el cambio de carga resultante afecta la forma y, por ende, la conducta, de esas proteínas. La concentración plasmática de iones hidrógeno es alterada con frecuencia por diversos procesos, entre ellos: 1) metabolismo de alimento ingerido, 2) secreciones del tracto gastrointestinal (GI), 3) generación de novo de ácidos y bases a partir del metabolismo de grasa y glucógeno almacenados, y 4) cambios de la producción de dióxido de carbono.
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La esencia de la respuesta fisiológica a estos cambios es cuestión de dos procesos: 1) coincidencia de la excreción de equivalentes de ácido/base con su ingreso, es decir, mantenimiento del equilibrio, y 2) regulación de la proporción entre ácidos débiles ...