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NOTA

1Este capítulo es una revisión del capítulo escrito por Eric Yazel, MD y Sandra Herr, MD, de la 6ª edición.

INTRODUCCIÓN

Consideraciones generales
A. Datos epidemiológicos

Los niños constituyen una de las poblaciones de pacientes más diversas y desafiantes que atiende el médico de urgencias. Mientras que comprenden casi 30% de las personas en la sala de urgencias, sólo hay enfermedad y lesión graves en alrededor de 5%. La mayor parte de las visitas a urgencias no se evalúa en hospitales pediátricos, sino en salas de urgencias comunitarias. El reconocimiento temprano y el manejo enérgico de enfermedades y lesiones que afectan a pacientes pediátricos son de lo más importantes.

Los datos epidemiológicos de la medicina de urgencias pediátricas cambian con la situación clínica. En el ambiente prehospitalario, las molestias de presentación comunes son traumatismo, crisis convulsivas, dificultad respiratoria y urgencias toxicológicas. En la sala de urgencias, las mayores molestias son fiebre, traumatismo, lesión, dificultad respiratoria, vómito, diarrea o infección de las vías respiratorias superiores.

B. Evaluación

La evaluación del paciente pediátrico en la sala de urgencias requiere un enfoque por edades. La actitud tranquila, reconfortante y amable por parte del médico facilitará la recolección de información y estimulará la cooperación del paciente en el examen y las pruebas.

El conocimiento del crecimiento y desarrollo de los niños con frecuencia se requiere para el diagnóstico, el manejo y las indicaciones médicas del paciente pediátrico. Suele ser difícil diferenciar la gravedad de la enfermedad y lesión pediátricas agudas. El reconocimiento de las diferencias anatómicas y fisiológicas recuerda al examinador que dada la proporción grande entre área de superficie y peso, puede haber pérdida de calor y traumatismo de órganos internos con pocos signos de lesión externa. Es importante entender las diferencias de las vías respiratorias para manejar la dificultad e insuficiencia respiratorias. Los métodos de evaluación observacionales pueden ser más sensibles a la agudeza de enfermedad y lesión en niños al tomar en cuenta variables como las características del llanto, la reacción a la estimulación por parte de la madre o el padre, la variación de estado, color de la piel, estado de hidratación e insinuaciones sociales de respuesta, como hablar y sonreír. Estas observaciones suelen ser más predictivas de enfermedad grave que el examen físico anatómico usando las técnicas estándar de palpación, percusión y auscultación.

La evaluación y el manejo del paciente pediátrico que presenta zozobra requieren equipo de tamaño adecuado. En el cuadro 50-1 se muestran los tamaños de equipo para procedimientos invasivos en niños de diferentes grupos de edad.

Cuadro 50–1.

Tamaño de equipo para procedimientos pediátricos.

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