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Al inicio de la madurez sexual de la mujer, los diferentes componentes del aparato reproductor femenino, bajo control hormonal, se preparan para efectuar funciones reproductoras, entre ellas producir el gameto femenino apto para la fecundación y, si se lleva a cabo ésta, favorecer la nidación del óvulo fecundado y la expulsión del producto al final de la gestación.
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La figura 14-1 muestra los órganos reproductores femeninos:
Genitales internos (grupo pélvico): ovarios (gónadas femeninas), trompas de Falopio (trompas uterinas, oviductos o salpinge),útero y vagina.
Genitales externos (vulva): monte de Venus, labios mayores, labios menores (ninfas), clítoris y glándulas vestibulares.
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El himen se considera el lugar de transición entre los genitales internos y los externos.
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En este capítulo se describen también la histología y la función de las glándulas mamarias o mamas. Dado que la estructura es diferente durante la infancia y después de la menopausia, la siguiente descripción del aparato reproductor femenino hace referencia sobre todo a las características presentes durante la vida fecunda de la mujer (por lo regular entre los 11 y 45 años de edad). En este lapso tienen lugar los ciclos menstruales o reproductivos, cuya presentación está regulada por el funcionamiento complejo y secuencial del sistema neuroendocrino que incluye al eje hipotálamo-hipófisis-ovario y cuya duración aproximada es de 28 días. Alrededor de los 50 años de edad, los órganos reproductores comienzan una lenta atrofia; la mujer ingresa a la etapa de la menopausia, que se caracteriza por la cesación de los ciclos menstruales y con ello el término de la edad fecunda o reproductora.
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Los ovarios o gónadas femeninas son órganos pares cuya función es la producción de gametos (gametogénica) y hormonas. Son órganos ovoides pequeños y aplanados semejantes a una almendra (fig. 14-2A y B) y miden 1 × 2 × 3 cm, aunque estas dimensiones varían según sea la etapa del ciclo menstrual o durante el embarazo. Los ovarios están localizados a ambos lados del útero y muestran inicialmente una superficie lisa; no obstante, conforme la mujer avanza en edad, se presentan cicatrices cada vez más numerosas posteriores a la rotura de folículos (ovulación). Estos acontecimientos son necesarios para la ovulación. Además, en los ovarios se llevan a cabo las fases folicular y luteínica del ciclo menstrual o reproductivo; la primera es variable y la segunda constante en duración. Después de la menopausia los ovarios reducen su volumen.
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