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En muchas especies de mamíferos, el eje neuroendocrino fetal está bien desarrollado y muestra una función adecuada ya desde las fases finales de la gestación. Hace 40 años, Liggins y Thorburn demostraron de manera concluyente en la cabra y la oveja que el feto proporciona la señal para el inicio del parto, y que esta señal está mediada por activación del eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal (HHS). La adrenocorticotropina (ACTH) secretada por la hipófisis fetal estimula el desarrollo de la corteza suprarrenal, así como la síntesis y la liberación de glucocorticoides. Los glucocorticoides dan lugar a un elevado número de efectos de tipo madurativo en el organismo en desarrollo. Estimulan la producción de proteínas surfactantes y el desarrollo de tejido conjuntivo en el pulmón, aumentan la producción de triyodotironina (T3) y disminuyen su eliminación por la placenta1. Los glucocorticoides también son clave en muchos aspectos del desarrollo cerebral2.
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En la mayor parte de las especies, el feto puede aumentar considerablemente la respuesta frente al estrés in utero, que origina niveles circulantes elevados de ACTH y cortisol. La capacidad del feto para inducir este tipo de respuesta facilita su adaptación a situaciones potencialmente peligrosas (p. ej., la hipoxia). En la oveja, se ha aceptado que el cortisol induce la P-450C17 placentaria que, a su vez, incrementa la síntesis de estrógenos a partir de precursores C-21. En última instancia, este mecanismo induce la disminución de los niveles de progesterona y el inicio del parto. Sin embargo, más recientemente se ha cuestionado la inducción de P-450C17 por el cortisol y se ha sugerido que las prostaglandinas, sobre todo la PGE2, pueden estimular la actividad de P-450C17 en la placenta e iniciar el cambio en la producción de progesterona y estrógenos3. En cualquier caso, los glucocorticoides desempeñan un papel clave en el proceso del parto en la oveja. En los primeros estudios que se realizaron en la oveja, se demostró que la lesión del núcleo paraventricular (NPV) fetal, la eliminación de la hipófisis o la sección del tallo hipofisario en el feto, y la extirpación de la glándula suprarrenal fetal dan como resultado la prolongación de la gestación. Estos resultados son similares a las observaciones de prolongación natural de la gestación en la oveja que ingiere plantas conteniendo V. californicum durante fases específicas de la gestación. Las ovejas expuestas a esta planta teratógena muestran una prolongación muy importante de la gestación y alumbran fetos grandes y con malformaciones graves. En el estudio de estos fetos, se observa hipoplasia hipofisaria y suprarrenal, supuestamente en ausencia de un eje HHS funcional.
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El papel que desempeñan los glucocorticoides en el inicio del proceso del parto en otras especies, incluido el ser humano, no es tan claro. Al contrario de lo que ocurre en la oveja, la administración de dosis elevadas de glucocorticoides al ser humano y a otras especies que alumbran recién nacidos ...