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INTRODUCCIÓN

Las glándulas suprarrenales están formadas por una corteza y una médula, recubiertas por una cápsula de tejido conjuntivo. Ambas zonas constituyen dos tejidos endocrinos distintos, con diferente origen embrionario: la corteza procede del mesodermo y secreta hormonas esteroideas, mientras que la médula deriva del neuroectodermo y secreta catecolaminas.

En los mamíferos, la principal catecolamina secretada por las suprarrenales es la adrenalina, también llamada epinefrina, que fue la primera hormona cuya estructura química se conoció. La médula suprarrenal también secreta, aunque en menor proporción, noradrenalina; esta catecolamina es el principal neurotransmisor liberado por las terminales de las neuronas posganglionares simpáticas y, al contrario que la adrenalina de origen suprarrenal, ejerce sus acciones localmente en los sitios donde se libera. La adrenalina y la noradrenalina tienen una estructura muy similar y se liberan de la médula suprarrenal o de las neuronas simpáticas en situaciones a veces similares. Además, ambas activan los distintos tipos de receptores adrenérgicos. Por ello, muchas veces se estudian conjuntamente la médula suprarrenal y el sistema simpático, denominándose al conjunto sistema simpatomedular.

Las acciones principales de las catecolaminas están relacionadas con la homeostasis cardiovascular y metabólica. La secreción de catecolaminas aumenta en respuesta a una situación de emergencia, y ambas actúan rápidamente para mantener la homeostasis. Posteriormente, tras la activación de la corteza suprarrenal, se amplificarán los efectos fisiológicos de las catecolaminas por acción de los glucocorticoides.

ESTRUCTURA DE LA MÉDULA SUPRARRENAL

La médula suprarrenal está formada por células cromafines, dispuestas en pequeños grupos o cordones, rodeados por tejido conectivo, vasos y nervios. La inervación procede de los nervios esplácnicos y sus neuronas preganglionares simpáticas, cuyo neurotransmisor es la acetilcolina.

La sangre arterial penetra en la parte externa de la corteza suprarrenal, desde donde fluye hasta la médula, y la sangre venosa se drena por una única vena central en la médula. Por tanto, la sangre periférica que llega a la suprarrenal atraviesa la corteza y lleva los productos de su secreción a la médula antes de llegar a la vena central. La secreción de la corteza, fundamentalmente el cortisol, influye en la biosíntesis de las hormonas de la médula, y la médula, a su vez, también modula la biosíntesis de los esteroides corticales, sobre todo en la zona reticular.

Las células de la médula suprarrenal se llaman cromafines porque tienen afinidad por las sales de cromo, que las tiñe y oscurece al oxidar las catecolaminas. La estructura de las células se puede observar en la Figura 59.1. La parte más interna de éstas es adyacente a las terminales simpáticas, contiene el aparato de Golgi y la mayor parte del retículo endoplásmico rugoso. En el polo opuesto, está la zona próxima a los capilares, que contiene los gránulos cromafines.

Figura 59.1.

Estructura de una célula cromafín.

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