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Puntos clave
Al operar el hígado, la vesícula, el páncreas u órganos vecinos, es esencial identificar la anatomía vascular o biliar normal o sus variantes, para no desencadenar complicaciones operatorias.
El hígado es la glándula corporal más grande y realiza funciones de muy diversa índole.
La tomografía computarizada y la resonancia magnética con contraste constituyen los procedimientos fundamentales para la valoración imagenológica del hígado.
La insuficiencia hepática aguda rápidamente evoluciona hasta llegar al coma hepático y la muerte, incluso con máximo tratamiento médico. El único tratamiento definitivo es el trasplante ortotópico de hígado.
La cirrosis es el resultado final de daño crónico al hígado, y el deterioro persistente puede hacer que aparezca hepatopatía terminal que conlleva una cifra alta de mortalidad.
La hemorragia aguda por varices debe tratarse por medios intensivos de reanimación y diagnóstico endoscópico expedito, con medidas de hemostasia. Se puede considerar la práctica de la derivación portosistémica intrahepática transyugular en casos que no mejoran con el tratamiento médico.
Las lesiones benignas frecuentes del hígado incluyen quistes, hemangiomas, hiperplasia nodular focal y adenomas hepatocelulares. En muchos casos las lesiones mencionadas se pueden diagnosticar por sus características propias en los estudios imagenológicos.
Existen muchas opciones para tratar los carcinomas hepatocelulares, pero la mejor es el trasplante de hígado realizado por un equipo multidisciplinario.
La ablación quirúrgica es el tratamiento más indicado en el colangiocarcinoma hiliar. Si se sigue un protocolo estricto de elegibilidad, cabe considerar posible trasplante de hígado en pacientes con tumores no extirpables, después de quimioradiación posquimioterápica o posradioterápica, con cifras de supervivencia que resultan ser mejores que las cifras de ablación.
La posibilidad de extirpar metástasis de cáncer colorrectal que llegan al hígado depende fundamentalmente del volumen del tejido hepático restante en lo futuro, y la salud del hígado “residual” y no del peso real del tumor.
Cirujanos expertos en pacientes escogidos realizan de manera segura ablaciones del hígado por laparoscopia y se ha demostrado que producen cifras de morbilidad y mortalidad similares a las de ablaciones abiertas.
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HISTORIA DE LA CIRUGÍA HEPÁTICA
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El antiguo mito griego de Prometeo nos recuerda que el hígado es el único órgano que se regenera. De acuerdo con la mitología griega, Zeus estaba furioso con el Titán Prometeo porque entregó el fuego a los mortales. Como castigo, Zeus encadenó a Prometeo a la montaña del Cáucaso y envió a un águila gigante a que se comiera su hígado durante el día, para que se regenerara durante la noche. Aunque esto es una costumbre del pueblo, los principios son correctos, pues luego de una resección hepática, el hígado residual sufrirá hipertrofia después de unas semanas o meses para recuperar la mayor parte de la masa hepática original. Cabe hacer notar que los antiguos griegos parecían estar conscientes de este hecho, porque la palabra griega para hígado, hēpar se deriva del verbo hēpaomai, que significa “remiendo” o “reparación”, por lo que hēpar se traduce ...