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INTRODUCCIÓN

Después del trabajo inicial de Hon (1958), al final de la década de 1960 se introdujo la vigilancia electrónica fetal (EFM, electronic fetal monitoring) continua a la práctica obstétrica. La vigilancia fetal durante el parto y la sospecha de sufrimiento fetal dejaron de basarse en la auscultación periódica con un estetoscopio de Pinard. En su lugar, el registro gráfico continuo de la frecuencia cardiaca fetal tenía mayores posibilidades diagnósticas para valorar sucesos fisiopatológicos que afectaban al feto. De hecho, sus objetivos principales eran: 1) que la vigilancia electrónica de la frecuencia cardiaca fetal aportara información exacta; 2) que la información fuera útil para el diagnóstico del sufrimiento fetal; 3) que fuera posible intervenir para evitar la morbilidad o muerte fetal; 4) que la cardiotocográfica de la frecuencia cardiaca fetal fuera superior a los métodos intermitentes.

En un principio, la vigilancia electrónica de la frecuencia cardiaca fetal se usaba sobre todo en embarazos complicados, pero poco a poco se generalizó su uso en casi todas las gestaciones. Para 1978 se calculaba que alrededor del 66% de las estadounidenses estaba bajo vigilancia electrónica durante el trabajo de parto (Banta, 1979). En la actualidad, más de 85% de los nacidos vivos en Estados Unidos se somete a vigilancia electrónica (Ananth, 2013). De hecho, éste se ha convertido en el procedimiento obstétrico más prevalente en ese país.

VIGILANCIA ELECTRÓNICA DEL FETO

Vigilancia electrónica interna (directa)

La vigilancia electrónica puede realizarse de manera directa o indirecta. La medición directa de la frecuencia cardiaca fetal se logra al fijar un electrodo espiral bipolar directamente al feto (fig. 24-1). El electrodo de alambre penetra en el cuero cabelludo fetal y el segundo polo es un ala metálica sobre el electrodo. Los líquidos corporales vaginales crean un puente eléctrico salino que completa el circuito y permite medir las diferencias de voltaje entre los dos polos. Los dos alambres del electrodo bipolar están unidos a un electrodo de referencia en el muslo materno para eliminar interferencias eléctricas. La señal eléctrica cardiaca fetal (onda P, complejo QRS y onda T) se amplifica y envía a un cardiotacómetro para el cálculo de la frecuencia cardiaca. El voltaje máximo de la onda R es la porción del electrocardiograma fetal que se detecta con mayor confiabilidad.

FIGURA 24-1.

Vigilancia electrónica interna del feto. A. El electrodo penetra el cuero cabelludo fetal por medio de un implemento tipo resorte. B. Representación esquemática de un electrodo bipolar acoplado al cuero cabelludo fetal para la detección de complejos QRS (F). También se muestra el corazón materno y los complejos eléctricos correspondientes (M) detectados.

En la figura 24-2 se muestra un ejemplo del método de procesamiento de la frecuencia cardiaca fetal cuando se usa un electrodo en el cuero cabelludo. El tiempo ...

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