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INTRODUCCIÓN

A pesar de decenios de investigación intensiva, aún no se descubre cómo el embarazo causa o agrava la hipertensión. En realidad, los trastornos hipertensivos se mantienen entre los problemas no resueltos más importantes e intrigantes de la obstetricia.

Los trastornos hipertensivos complican 5 a 10% de todos los embarazos y constituyen uno de los miembros de la tríada letal, junto con la hemorragia y la infección, que contribuye en buena medida a las tasas de morbilidad y mortalidad maternas. En esos trastornos, el síndrome de preeclampsia, ya sea solo o agregado a la hipertensión crónica, es el más peligroso. Como se explica más adelante, la hipertensión nueva sin proteinuria en el embarazo, la denominada hipertensión gestacional, va seguida de signos y síntomas de preeclampsia casi en 50% de los casos y la preeclampsia se identifica en 3.9% de todos los embarazos (Martin, 2012).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) revisa de forma sistemática la mortalidad materna en todo el mundo y, en los países desarrollados, 16% de las muertes maternas se debe a trastornos hipertensivos (Khan, 2006). Este porcentaje es mayor que el de las otras tres causas principales: hemorragia, 13%; aborto, 8%, y septicemia, 2%. En Estados Unidos, Berg et al.(2010) publicaron que de 1998 a 2005, el 12.3% de 4 693 muertes maternas relacionadas con el embarazo se debía a preeclampsia o eclampsia. La tasa fue similar a la del 20% de las muertes maternas en Francia de 2003 a 2007 (Saucedo, 2013). Es importante señalar que más de 50% de estos fallecimientos relacionados con la hipertensión era evitable (Berg, 2005).

TERMINOLOGÍA Y DIAGNÓSTICO

Durante los últimos 20 años, en Estados Unidos la hipertensión en el embarazo se consideró con el uso de la terminología y la clasificación propuestas por el Working Group of the National High Blood Pressure Education Program (NHBPEP) (2000). Para actualizarlos, James Martin, el Presidente del American College of Obstetricians and Gynecologists (2013b), estableció un grupo que generara recomendaciones basadas en la evidencia para la práctica clínica. Se conservó la clasificación básica, que describe cuatro tipos de enfermedad hipertensiva:

  1. Hipertensión gestacional (evidencia de preeclampsia que no aparece y la hipertensión desaparece a las 12 semanas después del parto).

  2. Síndrome de preeclampsia y eclampsia.

  3. Hipertensión crónica de alguna causa.

  4. Preeclampsia superpuesta a hipertensión crónica.

En esta clasificación, es importante la diferenciación de la preeclampsia y la eclampsia respecto de otros trastornos hipertensivos, ya que las primeras dos son más ominosas. Este concepto también es esencial para interpretar y analizar los estudios sobre etiología, patogenia y atención clínica de los trastornos hipertensivos relacionados con el embarazo.

Diagnóstico de los trastornos hipertensivos

La hipertensión se diagnostica de forma empírica cuando la medición correcta ...

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