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INTRODUCCIÓN

Los embarazos multifetales pueden ser resultado de dos fecundaciones o más, de una sola fecundación seguida de una división “errónea” del cigoto, o de una combinación de ambos factores. Los embarazos con estas características representan un mayor riesgo para la gestante y el feto mismo, que aumenta con el número de hijos. Por ejemplo, 60% de los gemelos, 90% de los trillizos y prácticamente todos los cuatrillizos nacen en fecha prematura (Martin, 2012). A partir de estas observaciones se advierte que la gestante no tiene la intención de procrear más de un producto y, a pesar de que se considera como un milagro o una novedad, los embarazos multifetales constituyen una situación que puede ser muy peligrosa para la madre y los hijos nonatos.

La frecuencia y el número de embarazos gemelares y otros multifetales de orden mayor han aumentado en grado impresionante desde 1980, en gran medida debido al tratamiento de la infecundidad. De manera específica, la cifra de embarazo gemelar aumentó 76%, desde 18.9 hasta 32.1 casos por 1 000 neonatos vivos en 2009 (Martin, 2012). En el mismo periodo, el número de embarazos multifetales de orden mayor se incrementó más de 400% hasta llegar a un punto máximo en 1998. Sin embargo, desde entonces el tratamiento cada vez más preciso de la infecundidad ha producido una disminución de las cifras de nacimientos multifetales de orden elevado hasta su nivel mínimo en 15 años. Como dato específico, la cifra de trillizos o embarazos con más fetos decreció 10%, de 153 casos por 100 000 nacimientos en 2009 a 138 casos por 100 000 nacimientos en 2010 (Martin 2012).

El incremento global de la prevalencia de las gestaciones multifetales es un aspecto preocupante porque el aumento correspondiente de la cifra de nacimientos de productos prematuros pone en peligro la supervivencia neonatal y agrava el riesgo de ocasionar discapacidades permanentes. Por ejemplo, en Estados Unidos, cerca de 25% de los neonatos de muy bajo peso (<2 500 g al nacer) corresponde a gestaciones multifetales y 15% de los que fallecen en el primer año de vida también forma parte de una gestación con múltiples fetos (Martin, 2012). En 2009, la cifra de mortalidad de niños menores de un año provenientes de gestaciones múltiples fue cinco veces mayor que la cifra correspondiente a fetos únicos (Mathews, 2013). En el cuadro 45-1 se muestra una comparación de los resultados de fetos únicos y de gemelos en el caso de los nacidos en el Parkland Hospital; los riesgos se multiplican en el caso de los trillizos o cuatrillizos. Además de estas adversidades, con las gestaciones multifetales aumentan los riesgos de malformaciones congénitas. Como dato importante, el riesgo mayor corresponde a cada feto y no sólo a la existencia de más fetos por gestación.

CUADRO 45-1.

Resultados seleccionados en embarazos de feto único y gemelares (Parkland Hospital, 2002-2012)

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