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INTRODUCCIÓN

Las complicaciones médicas, quirúrgicas y obstétricas del embarazo y el puerperio son innumerables. Las más desafiantes son también las más complejas y peligrosas, en especial cuando se necesita un grupo multidisciplinario para ofrecer la mejor atención. Es una verdad incuestionable que los obstetras y otros miembros del equipo de profesionales en la salud poseen conocimientos básicos de las consideraciones singulares para las embarazadas. Algunas de aquéllas se describen en el capítulo 46 y se refieren a los cambios fisiológicos inducidos por el embarazo, las alteraciones de los resultados de los análisis y, por último, pero igual de importante, tomar en cuenta al segundo paciente: el feto. Puesto que estas pacientes graves casi siempre son jóvenes y con buena salud, su pronóstico por lo general es mejor que el de muchos otros pacientes que son internados en la unidad de cuidados intensivos.

CUIDADOS INTENSIVOS OBSTÉTRICOS

Cada año, en Estados Unidos entre 1 y 3% de las embarazadas necesita cuidados intensivos y el riesgo de morir durante este ingreso varía de 2 a 11% (American Academy of Pediatrics y American College of Obstetricians and Gynecologists, 2012). Las que sufren complicaciones ligadas al embarazo (en especial, hemorragia e hipertensión) son quienes necesitan más de los cuidados intensivos (Baskett, 2009; Kuklina, 2009; Madan, 2008). Muchos de los ingresos antes del parto son por razones no obstétricas y, según la experiencia del Parkland Hospital, comprenden diabetes, neumonía o asma, cardiopatías, hipertensión crónica, pielonefritis o tirotoxicosis (Zeeman, 2006). Numerosas pacientes necesitan, además del tratamiento previo al parto, cuidados intensivos durante el parto y el puerperio por una enfermedad hipertensiva, hemorragia, septicemia o complicaciones cardiopulmonares. Ante una hemorragia abundante, a veces es necesario efectuar una cirugía y es fundamental permanecer cerca de un quirófano para las cesáreas. En el caso de las mujeres que aún no han parido, el bienestar fetal se cuida mejor también por medio de esta vigilancia constante.

Organización de los cuidados intensivos

El concepto y el perfeccionamiento de los cuidados intensivos en todos los aspectos de la medicina y la cirugía empezaron en el decenio de 1960. Los National Institutes of Health organizaron un congreso de consenso (1983) y posteriormente la Society of Critical Care Medicine (1988, 1999) estableció las normas para las unidades de cuidados intensivos (ICU, intensive care units). Una medida pertinente en especial para la obstetricia es que rápidamente surgieron unidades de cuidados intermedios que son menos costosas que las ICU. Estas unidades se diseñaron para personas que no necesitaban cuidados intensivos sino una atención de mayor nivel de la que se ofrece en la sala general. El American College of Critical Care Medicine y la Society of Critical Care Medicine (1998) publicaron las normas para estas unidades (cuadro 47-1).

CUADRO 47-1.

Guías para las enfermedades que podrían calificar para cuidados intermedios

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