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INTRODUCCIÓN

El riesgo de que una mujer sana padezca trombosis venosa y embolia pulmonar es mayor durante el embarazo y el puerperio. En realidad, en un estudio llevado a cabo en el Reino Unido de casi un millón de mujeres de edad reproductiva, el riesgo de tromboembolia venosa durante el tercer trimestre y las primeras seis semanas del puerperio fue entre seis y 22 veces mayor, respectivamente, que en ausencia de embarazo (Sultan, 2011). La frecuencia de todos los episodios tromboembólicos alcanza un promedio de 1 por 1 000 embarazos y antes y después del parto se registra una cifra muy similar. En otro estudio de Noruega de más de 600 000 embarazos, Jacobsen et al. (2008) publicaron que la trombosis venosa profunda aislada es más común antes del parto y la embolia pulmonar predomina en las primeras seis semanas del puerperio.

La frecuencia de tromboembolia venosa durante el puerperio ha disminuido en grado notable desde que se practica con regularidad la deambulación precoz. De cualquier forma, la tasa de tromboembolias se ha incrementado de manera considerable durante los últimos dos decenios (Callaghan, 2012). Si bien este aumento quizá refleja la mayor sensibilidad de las técnicas diagnósticas modernas, la embolia pulmonar es todavía una causa importante de muerte materna en Estados Unidos (cuadro 1-3, pág. 6) (O’Connor, 2011). De modo específico, Berg et al. (2010) notificaron que cerca de 10% de las muertes maternas por embarazo en Estados Unidos entre 1998 y 2005 fueron causadas por embolia pulmonar trombótica.

FISIOPATOLOGÍA

Rudolf Virchow (1856) postuló que la estasis, los traumatismos locales de la pared vascular y la hipercoagulación predisponen a la trombosis venosa. El riesgo de todos éstos aumenta durante el embarazo normal. Por ejemplo, la compresión que ejerce el útero hipertrófico sobre las venas pélvicas y la vena cava inferior facilita la estasis del sistema venoso de las extremidades inferiores. Con base en su revisión, Marik y Plante (2008) refieren una reducción de 50% de la velocidad de la circulación venosa en las piernas desde el tercer trimestre hasta seis semanas después del parto. Esta estasis constituye el factor predisponente más constante para la trombosis venosa. La estasis venosa y el parto también favorecen la lesión de las células endoteliales. Por último, como se menciona en el Apéndice (pág. 1288), la síntesis acentuada de la mayor parte de los factores de la coagulación durante el embarazo favorece la coagulación.

En el cuadro 52-1 se mencionan los factores de riesgo tromboembólico durante el embarazo. El más importante es el antecedente personal de trombosis. En realidad, 15 a 25% de las tromboembolias venosas durante el embarazo representan acontecimientos recurrentes (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2011). James et al. (2006) calcularon la magnitud de otros factores de riesgo a partir de la información de la Agency for Healthcare Research and Quality de todas las bajas hospitalarias ...

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