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La muerte cardiaca súbita como consecuencia de un paro cardiaco inesperado acaba con la vida de más de 310 000 adultos estadounidenses cada año y representa cerca del 63% de todas las muertes por causas cardiovasculares.1 A pesar de los avances en la reanimación y los servicios médicos de urgencia (EMS), sólo alrededor del 6% de todas las víctimas con paro cardiaco sobrevive para salir del hospital con función neurológica intacta. Sin embargo, existe una gran variabilidad en las probabilidades de sobrevivir entre distintas regiones geográficas, con supervivencia publicada al egreso del hospital para personas con cualquier ritmo inicial desde 1 hasta 25%.2-4 Este capítulo revisa la epidemiología y fisiopatología de la muerte cardiaca súbita en adultos y las estrategias para prevenir y tratar el problema. El síndrome de muerte súbita infantil y el paro cardiaco en niños se describen en los capítulos 14 (Reanimación de recién nacidos), 112 (Síndrome de muerte súbita infantil y situaciones que en apariencia ponen en peligro la vida) y 15 (Reanimación de niños), respectivamente.
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CAUSAS DE MUERTE CARDIACA SÚBITA
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TAQUIARRITMIAS VENTRICULARES
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Por lo general, la muerte cardiaca súbita se produce por fenómenos arrítmicos casuales que se desencadenan por la interacción entre anomalías estructurales cardiacas y trastornos electrofisiológicos funcionales transitorios. En la mayor parte de los casos, el fenómeno inicial es una taquiarritmia ventricular, ya sea taquicardia ventricular sin pulso que degenera con rapidez a fibrilación ventricular o fibrilación ventricular “primaria”.11,12 Desde el punto de vista de la salud pública, las estrategias para prevenir y tratar la muerte cardiaca súbita en la comunidad pueden enfocarse sobre todo en la taquicardia ventricular y la fibrilación ventricular porque estos ritmos no sólo son el fenómeno inicial identificado más frecuente, si no también es el más susceptible a tratamiento.
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Los mecanismos que desencadenan arritmias ventriculares letales sólo se comprenden de manera parcial. La mera ectopia ventricular frecuente, en ausencia de cardiopatía estructural subyacente significativa, casi nunca causa paro cardiaco. Sin embargo, las extrasístoles ventriculares en presencia de isquemia miocárdica transitoria, disfunción ventricular izquierda, cardiomegalia o ambas pueden desencadenar episodios de taquicardia ventricular que degeneren en taquicardia ventricular sin pulso o fibrilación ventricular.
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Causas de arritmias ventriculares: cardiopatía estructural Muchos tipos de cardiopatía estructural predisponen a la muerte cardiaca súbita (cuadro 12-1). Un denominador común es la dispersión de la despolarización, repolarización o ambas ventriculares, lo que permite que “islas” de tejido ventricular se despolaricen y repolaricen con distinta frecuencia. Esta falta de homogeneidad en la activación y recuperación eléctricas favorece el desarrollo de reentrada del movimiento cíclico, lo cual puede iniciar y sostener las taquiarritmias ventriculares. La isquemia, infarto del miocardio o ambos también producen una disminución transitoria de la homogeneidad de la despolarización y repolarización ventriculares.
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