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INTRODUCCIÓN

Puede ser difícil lograr el acceso intravenoso en lactantes y niños. En este capítulo se presentan las técnicas de acceso vascular, lo que incluye los accesos intraóseo, venoso central y umbilical en recién nacidos.

ACCESO INTRAÓSEO

El principio del acceso intraóseo (IO, intraosseous) es que los líquidos y los fármacos se que se administran en cavidades óseas no susceptibles de colapso penetran con rapidez a la circulación central. Dicho acceso se utiliza en pacientes de cualquier edad, pero en particular, es apropiado en niños como consecuencia de su alto porcentaje de médula ósea roja y corteza ósea relativamente delgada.1,2

El acceso a la médula ósea está indicado cuando existe necesidad de un acceso vascular de urgencia y no pueden utilizarse con facilidad otros sitios para colocación de catéteres centrales o periféricos. Una serie de casos de reanimación en población pediátrica demostró que el tiempo promedio para la colocación de un acceso intraóseo fue de 4.7 min con tasa de éxito de 83% en comparación con el tiempo promedio para un acceso intravascular de 7.9 min.3 Estudios más recientes en los que se utilizaron dispositivos nuevos demostraron tiempos de colocación de sólo unos cuantos segundos con tasas de éxito de 94%.4 Los diversos dispositivos de colocación incluyen agujas simples que se giran con la mano, taladros de mano y dispositivos de aplicación de carga con resortes.

Existen, relativamente, pocas contraindicaciones para la colocación de accesos intraóseos (cuadro 32-1), y la tasa de complicaciones graves reportadas por la colocación intraósea es de casi 1%.5 En comparación, los catéteres venosos centrales tienen tasas de complicación de al menos 3.4%.6

CUADRO 32-1

Contraindicaciones para la colocación de acceso intraóseo

FÁRMACOS Y LÍQUIDOS ADMINISTRADOS POR VÍA INTRAÓSEA

Los relajantes musculares, anticonvulsivos, analgésicos, benzodiazepinas y vasopresores como epinefrina tienen velocidades de goteo comparables cuando se administran por vía intraósea o intravenosa (cuadro 32-2). La sangre y los hemoderivados pueden administrarse por vía intraósea.7,8 Aunque la farmacocinética puede diferir entre las vías intravenosa e intraósea, cualquier fármaco líquido que se administre a través de un catéter intravenoso puede administrarse por vía intraósea. Las sustancias que son tóxicas a los tejidos, como soluciones hipertónicas o cáusticas (p. ej., calcio), pueden causar necrosis cutánea si hay extravasación hacia tejidos blandos, si el catéter intravenoso periférico o la aguja intraósea quedan mal colocados y siempre debe verificarse la posición apropiada del catéter o aguja antes de la administración de estos fármacos.

CUADRO 32-2

Fármacos que son comparables con la administración intraósea o intravenosa

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