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El síncope es un complejo sintomático que consiste en la pérdida del estado de conciencia por periodos breves, acompañado de incapacidad para mantener el tono postural y que cede en forma espontánea y completa sin intervención médica. Es diferente del vértigo, convulsiones, coma y estados de alteración de la conciencia.
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El síncope constituye casi 1 a 2% de las visitas a las salas de urgencias cada año y hasta 6% de las hospitalizaciones.1,2 Se calcula que una de cada cuatro personas presentan lipotimia a lo largo de su vida, lo que a menudo es recurrente y puede afectar a individuos jóvenes y de edad avanzada, aunque las personas de edad avanzada tienen una incidencia más elevada y mayor riesgo de morbilidad.3,4 El casi síncope es la sensación de aparición de un síncope sin pérdida del estado de conciencia, aunque comparte los mismos procesos fisiopatológicos básicos que el síncope y por lo general conlleva los mismos riesgos.
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La vía final del síncope es la misma, sin importar los mecanismos. La falta de flujo sanguíneo o de suministro de nutrientes vitales a la corteza cerebral o al sistema reticular activador ascendente en el tronco del encéfalo durante 10 a 15 s causa pérdida de la conciencia y del tono postural. Los síntomas aparecen con una reducción de la perfusión cerebral de 35% o con la interrupción completa del flujo por 5 a 10 s. Más a menudo, el evento desencadenante causa reducción en el gasto cardiaco, lo que disminuye el suministro de oxígeno y de sustrato al encéfalo.5 Con menor frecuencia el vasoespasmo u otras alteraciones en el flujo reducen el flujo sanguíneo al sistema nervioso central. Una postura reclinada después de un síncope, la respuesta de los centros autorreguladores del sistema nervioso autónomo o la corrección de un ritmo de perfusión cardiaca restablecen la perfusión cerebral, ocasionando un restablecimiento espontáneo del estado de alerta.
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Las causas del síncope son numerosas, y van desde trastornos benignos comunes a trastornos que ponen en riesgo la vida (cuadro 56-1). En el Framingham Heart Study, 7 814 pacientes fueron vigilados por 17 años y de éstos 822 reportaron síncope. Las causas determinadas a lo largo del estudio fueron: trastornos vasovagales (a menudo denominado síncope reflejo) (21%), cardiacos (10%), ortostáticos (9%), relacionados con fármacos (7%), convulsiones (5%), neurológicos (4.1%) y de causa desconocida (37%).6 En la mayor parte de los estudios, incluso con una valoración exhaustiva, las causas desconocidas constituyen alrededor de 40%.7,8 Después de una revisión limitada en los servicios de urgencias, la proporción de casos de causa desconocida puede ser de 50 a 60% al momento del alta.9,10 Si es posible establecer el diagnóstico, este es un hecho importante porque ...