++
Cada año en Estados Unidos, más de 8% de los 4 millones de nacidos vivos padece diabetes.1 Setenta y cinco por ciento de las embarazadas con diabetes padece diabetes gestacional o diabetes tipo 2 no diagnosticada que se detecta en los análisis prenatales. Del 25% restante, 1% padece diabetes tipo 1 preexistente y el resto diabetes tipo 2. Las embarazadas diabéticas tienen mayor riesgo de sufrir abortos espontáneos, en especial cuando la regulación de la glucemia al principio del embarazo es deficiente o padecen alguna vasculopatía o preeclampsia. Asimismo, tienen mayor riesgo de sufrir una serie de complicaciones durante el embarazo, como hipertensión, trabajo de parto prematuro, aborto espontáneo, pielonefritis y cetoacidosis diabética (DKA, diabetic ketoacidosis). La meta del tratamiento durante el embarazo es prevenir los abortos espontáneos, las anomalías congénitas inducidas por la hiperglucemia, la cetoacidosis y la hipoglucemia.
+++
TRATAMIENTO DE LA DIABETES DURANTE EL EMBARAZO
++
En algunas pacientes con diabetes gestacional, se utilizan hipoglucemiantes orales del tipo de la metformina y la gliburida.2,3 La mayor parte de los casos de diabetes gestacional se regula por medio de la alimentación, siempre y cuando la glucemia permanezca dentro de los límites normales.
++
Casi todas las embarazadas con diabetes tipos 1 y 2 necesitan inyecciones diarias de insulina para prevenir las complicaciones hiperglucémicas durante el embarazo y mantener la euglucemia.
++
El American College of Obstetricians and Gynecologists recomienda las metas siguientes para conseguir la euglucemia en las embarazadas diabéticas: glucemia en ayuno ≤95 mg/100 ml y glucemia posprandial de 2 h ≤120 mg/100 ml. Las pacientes con diabetes gestacional regulada por medio de la alimentación rara vez sufren complicaciones hiperglucémicas agudas puesto que su glucemia no alcanza las concentraciones necesarias para generar cetoacidosis diabética. Entre las pacientes con diabetes tipos 1 y 2, la necesidad de insulina aumenta a lo largo del embarazo. En general, durante el primer trimestre, al principio necesitan 0.7 U/kg/día. Hacia el final del embarazo casi siempre se requiere 1 U/kg/día. Sesenta y seis por ciento de la dosis total de insulina se administra por la mañana y 33% por la noche; 66% de la dosis matutina consta de protamina neutra Hagedorn (NPH, neutral protamine Hagedorn) y 33% de alguna insulina regular de acción corta. La dosis nocturna consta de la mitad de NPH y la mitad de insulina regular. Este régimen algunas veces provoca hipoglucemia nocturna entre la 1:00 y las 3:00 am. Para prevenir este problema, se administra NPH antes de cenar.
+++
CETOACIDOSIS DIABÉTICA
++
La frecuencia de cetoacidosis diabética en el embarazo disminuye de modo considerable con un diagnóstico oportuno y con las recomendaciones prenatales.4 El riesgo de cetoacidosis diabética es mayor cuando hay incumplimiento terapéutico, vómito materno y uso de simpaticomiméticos β, como terbutalina para la tocólisis. Las pacientes que reciben soluciones continuas a base de insulina SC (bomba de insulina) tienen mayor riesgo de padecer cetoacidosis diabética que las que se aplican el régimen tradicional.
++
La cetosis es más rápida y la glucemia es menor en las embarazadas en comparación con las mujeres no embarazadas y el feto no la tolera bien.
++
Valoración y tratamiento en urgencias En la embarazada diabética que acude a urgencias con aspecto demacrado o con glucemia ≥180 mg/100 ml o ambos datos, se busca DKA por medio de las cetonas urinarias y la química sanguínea. Las normas del tratamiento para la embarazada con DKA son las mismas que para la mujer no embarazada5 (cuadro 102-1; cap. 220, Cetoacidosis diabética). Además de los cuidados habituales, se administra oxígeno y se coloca a la paciente en decúbito lateral izquierdo para desplazar el útero y mejorar el riego uterino. La mayor parte de las anomalías de la frecuencia cardiaca fetal desaparece una vez que se corrigen la hipovolemia y la acidosis maternas. Es necesario consultar al médico de la paciente e ingresarla en el hospital.
++
++
Hasta 50% de las diabéticas que utilizan insulina sufre algún episodio de hipoglucemia pronunciada durante el embarazo. Por lo general, la hipoglucemia se manifiesta con sudor, temblor, visión borrosa o diplopía, debilidad, hambre, confusión, parestesias, ansiedad, palpitaciones, náusea, cefalea o estupor. El feto tolera bastante bien los episodios breves de hipoglucemia.
++
Tratamiento La hipoglucemia leve (es decir, glucemia <70 mg/100 ml en pacientes que pueden seguir órdenes) se trata con administración de una taza de leche descremada con pan o galletas cada 15 min. Este régimen es mejor que las soluciones de glucosa muy concentradas puesto que evita los excesos y la hiperglucemia ulterior.6
++
La hipoglucemia pronunciada (p. ej., glucemia <70 mg/100 ml en pacientes que no toleran la vía oral) se corrige con una ampolleta (de 50 ml) de dextrosa al 50% en una solución líquida en forma de bolo intravenoso (IV). Cuando el acceso es difícil, se aplican 1 a 2 mg de glucagon por vía intramuscular (IM), subcutánea o incluso IV. Además, se empieza una infusión de dextrosa al 5% en agua por vía IV a una velocidad de 50 a 100 ml/h y se ofrece una colación. La meta es lograr la normoglucemia sin cambios exagerados. Se consulta con el médico de la paciente para establecer los planes terapéuticos ulteriores.