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La mayor parte de los traumatismos craneoencefálicos en población pediátrica no son graves; casi 85% de las lesiones se clasifican como “leves”.5 Los traumatismos craneoencefálicos menores (MHI, minor head injury) en niños que acuden a los servicios de urgencias explican sólo 1 a 2% de todas las consultas a los servicios de urgencias pediátricas,1 esto representa casi 400 000 visitas a dichas salas de urgencias cada año; los más afectados son niños de cero a cuatro años de edad. De todos los niños que acuden a los servicios de urgencias con MHI, se calcula que <5% tiene presión intracraneal2 de los cuales <1% de aquellos casos con lesión intracraneal necesita una intervención neuroquirúrgica.3,4
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Dado el gran número de niños con MHI y el pequeño número de intervenciones necesarias, el diagnóstico al que se enfrenta el médico de urgencias es diferenciar aquellos niños con MHI de los que necesitan identificación y tratamiento urgente para evitar morbilidad grave o mortalidad. Como la exposición a la radiación por la CT pone en riesgo al tejido encefálico en desarrollo del niño y a menudo requiere sedación, lo que implica un riesgo adicional, las decisiones de los estudios de imagen requieren una cuidadosa valoración de los riesgos y los beneficios.
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La concusión puede asociarse con cualquier grado de traumatismo craneoencefálico, lo que incluye lesiones en apariencia triviales y la identificación de una concusión tiene implicaciones profundas tanto para el tratamiento en los servicios de urgencias y ambulatorio en niños con MHI. Las declaraciones recientes de consenso elaboradas por expertos internacionales resaltan la apreciación creciente de la necesidad de una vigilancia cuidadosa para la concusión y la vigilancia longitudinal estrecha para pacientes ambulatorios y para el tratamiento de niños que sufrieron concusiones. En este capítulo se revisan el diagnóstico y tratamiento actual de los niños con MHI. El capítulo concluye con una revisión de los conceptos cambiantes de la valoración y tratamiento de los niños con concusiones.
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En las publicaciones médicas se utilizan diversas definiciones para las lesiones craneoencefálicas “menores” o “leves”. Los elementos básicos para la definición requieren la anamnesis, la identificación del mecanismo de lesión o traumatismo craneoencefálico o los datos de la exploración física de una posible lesión craneoencefálica, lo que incluye déficit neurológicos y manifestaciones extracraneales.
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La escala del coma de Glasgow (GCS, Glasgow Coma Scale; cuadro 132-1) o sus variantes para niños pequeños, lactantes y preescolares en etapa preverbal, es el método más utilizado para establecer la gravedad de la lesión craneoencefálica. En este capítulo, se consideran como graves las lesiones que producen una calificación en la GCS ≤8, las lesiones relacionadas con calificaciones de 9 a 13 se consideran como moderadas y aunque no se ha llegado a un acuerdo generalizado sobre la definición de MHI, aquellos con calificaciones de GCS de 13 ...