CAPÍTULO 143A: Procedimientos pediátricos: cuerpos extraños nasales y óticos

INTRODUCCIÓN

Los cuerpos extraños (FB, foreign bodies) retenidos constituyen la causa de 11% de las urgencias otorrinolaringológicas y por lo general se sitúan en los oídos y la nariz.¹ Se observan a cualquier edad, pero la mayor parte de los casos corresponde a niños menores de ocho años de edad.^1-4 Los objetos casi siempre provienen del ambiente inmediato del niño. En Estados Unidos, por lo regular son juguetes, cuentas, insectos, algodón, fragmentos de crayolas, pilas tipo botón y papel, así como diversos objetos raros como lodo de juguete, anzuelos y mondadientes.^2-8

Muchos cuerpos extraños en nariz y oídos son asintomáticos y se diagnostican una vez que el niño o un testigo lo mencionan.⁸ Otros cuerpos extraños en los oídos se acompañan de dolor, hemorragia, secreción, acúfenos o fiebre. Asimismo, los cuerpos extraños nasales algunas veces se acompañan de dolor o molestias circunscritas, hemorragia nasal, fetidez o secreción.^4,9

EXTRACCIÓN DE UN CUERPO EXTRAÑO DEL OÍDO

La mayor parte de los cuerpos extraños alojados en el conducto auditivo se extraen en el servicio de urgencias sin necesidad de consultar al otorrinolaringólogo.^3,8 El éxito de la extracción depende del tipo y la profundidad del cuerpo extraño, su visibilidad, la cooperación del paciente y el número de intentos fallidos previos para extraerlo.^4,7,10,11 (cuadro 143A-1). La extracción se facilita con el uso de un otomicroscopio, el cual es fácil de utilizar y amplifica y mejora la visibilidad sin ocupar las manos (fig. 143A-1).¹⁰ En algunos casos, conviene sedar al paciente para su comodidad y cooperación, lo que aumenta la probabilidad de la extracción.⁸ La sedación constituye una posibilidad cuando el paciente se encuentra agitado o cuando han fracasado los intentos previos en el sujeto no sedado. Se recomienda extraer el cuerpo extraño bajo sedación profunda o anestesia general si ha permanecido dentro del oído durante un periodo prolongado, no es visible, el niño no coopera o tiene una discapacidad mental. Una opción excelente para la sedación profunda en el servicio de urgencias es la cetamina intravenosa (cap. 39, Tratamiento del dolor en lactantes y niños).^5,8