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La mayor frecuencia de subluxación de la cabeza radial (“codo de niñera”) se observa en lactantes de dos a tres años de edad, pero el rango varía de seis meses a siete años de vida. Es más frecuente en niñas que en niños. También es más ordinario en el lado izquierdo, supuestamente porque la mayoría de los cuidadores son diestros. El mecanismo habitual de la lesión es la tracción longitudinal repentina de la extremidad superior con el codo extendido; esto sucede cuando se tira de un niño por el brazo, aunque hasta 50% de las lesiones son producidas por otro mecanismo.
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En la subluxación de la cabeza radial, el ligamento anular del radio es desplazado hacia la articulación radiohumeral. El niño no mueve el brazo enfermo, pero por lo demás no muestra molestias. Sostiene la extremidad superior en aducción, semiflexión y pronación. A la palpación, no se percibe un punto de hipersensibilidad o edema. Algunas veces la palpación de la cabeza radial en el lado enfermo es dolorosa. Al intentar la pronación y la supinación del antebrazo, se despierta dolor. No es necesario tener radiografías una vez que la sospecha clínica de subluxación de la cabeza radial es elevada. Hay dos maniobras para la reducción: las técnicas de supinación y de hiperpronación.
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Para llevar a cabo la técnica de la supinación (fig. 143C-1), el codo del niño se sostiene a 90 grados con una mano y posteriormente se supina con firmeza la muñeca y, por último, se flexiona el codo del paciente para dirigir la muñeca hacia el mismo hombro (ipsolateral).
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La técnica de la hiperpronación (fig. 143C-2) supuestamente tiene mejores resultados y es menos dolorosa. Esta técnica se utiliza como primer intento o como técnica de respaldo cuando la supinación fracasa. El codo del niño se sostiene a 90 grados con una mano y posteriormente se lleva a cabo pronación de la muñeca con firmeza.
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Luego de una reducción exitosa, el alivio es inmediato y el niño mueve la extremidad en los primeros 5 a 10 min. Si no se observa mejoría en los primeros 30 min, se debe obtener una radiografía para descartar una posible fractura. Cuando los datos en la radiografía son negativos para fractura aguda y el niño aún se niega a usar la extremidad superior, ésta se inmoviliza con un cabestrillo y se lleva al paciente con el ortopedista una semana después para una nueva valoración.