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Los antiinflamatorios no esteroideos (NSAID, nonsteroidal anti-inflammatory drugs) constituyen algunos de los fármacos de uso y administración más generalizados en Estados Unidos. Esta clase de compuestos contiene unos 20 fár-macos que comparten la inhibición de la enzima ciclooxigenasa, como su mecanismo de acción. En esta clase también se ha incluido al acetaminofén y los salicilatos, pero estos dos últimos conllevan toxicidad peculiar y se considera su uso en capítulos separados (cap. 183, Ácido acetilsalicílico y salicilatos, y cap. 184, Acetaminofén). Los NSAID son antipiréticos, analgésicos y antiinflamatorios eficaces. Dada su gran ventana terapéutica, son compuestos relativamente inocuos en lo que toca a la ingestión aguda y la sobredosis y rara vez generan complicaciones graves.1-3 Hoy día, varios de ellos se venden sin prescripción y, según informes, las ventas mundiales de este grupo de fármacos es de 6 000 millones de dólares estadounidenses al año.4
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En 2008, la American Association of Poison Control Centers señaló notificaciones de 107 115 exposiciones a NSAID (después de excluir el ácido acetilsalicílico y el acetaminofén) y ello culminó en 65 puntos finales importantes (0.05%) (signos y síntomas letales o discapacidad residual notable).5 Se produjeron 44 fallecimientos en que hubo mención de uso de NSAID y cinco decesos por una sola exposición. La cifra de tales experiencias no desmerece ante los datos de toxicidad señalados con ácido acetilsalicílico o acetaminofén solos ingeridos, durante 2008: 99 210 exposiciones con 84 fallecimientos.5 No hay que olvidar que los datos de centros toxicológicos son reunidos de forma pasiva y quizá la cifra real de las personas expuestas sea mayor de las notificadas. La morbilidad por NSAID en caso de sobredosis aguda es superada con mucho por complicaciones de este grupo de fármacos en dosis terapéuticas e incluyen hemorragia del tubo digestivo, insuficiencia renal inducida por fármacos y cardiopatía isquémica.6-8 Ante el mayor riesgo de enfermedad cardiovascular con las dosis terapéuticas, en los años 2004 y 2005, respectivamente, se retiraron del mercado norteamericano los inhibidores selectivos de ciclooxigenasa-2 rofecoxilo y valdecoxib.
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Los NSAID son compuestos con estructuras diversas, pero con efectos terapéuticos comunes (cuadro 185-1). Con excepción del ácido acetilsalicílico y otros salicilatos, los NSAID inhiben de manera reversible la enzima ciclooxigenasa, encargada de la producción de prostaglandinas a partir del ácido araquidónico (fig. 185-1). Según se piensa, el efecto antiinflamatorio de los compuestos de esta categoría se obtiene gracias a la inhibición de la producción de prostaglandina, pero también pueden inhibir los neutrófilos por mecanismos sin relación con esta última. Los NSAID actúan como antipiréticos al inhibir la prostaglandina E2 en el hipotálamo y al parecer también atenúan la hiperalgesia y los estímulos locales de fibras del dolor mediados por prostaglandinas.
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