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Los complementos de hierro se encuentran ampliamente disponibles en particular en hogares con niños pequeños y mujeres jóvenes. Los niños constituyen la mayor parte de las exposiciones potenciales tóxicas al hierro porque pueden verse atraídos por los colores brillantes y la cubierta de azúcar de los comprimidos; las tabletas de hierro sobrantes después de un embarazo pueden estar presentes en hogares con preescolares y el hierro podría no ser considerado como un veneno y por tanto almacenarse de manera poco segura.1-3 Por fortuna, la mayor parte de los niños permanecen asintomáticos o desarrollan toxicidad mínima después de exposiciones. Las mujeres en edad fértil se encuentran en riesgo particular de sobredosis intencional de hierro por la disponibilidad del mismo y por el incremento en el estrés durante el embarazo y el puerperio.4 Es poco común la sobredosis yatrógena.5 Las circunstancias poco comunes relacionadas con envenenamiento por hierro en población pediátrica incluyen la administración accidental de sulfato ferroso a un lactante y la administración intencional de hierro como un método de abuso infantil.6,7 Aquellos expuestos a grandes sobredosis o los adultos con sobredosis intencionales se encuentran en riesgo de toxicidad o muerte si no se inicia tratamiento intensivo de sostén con administración de antídotos.
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En 1997, la U.S. Food and Drug Administration publicó una regulación para el envasado de complementos de hierro en una sola dosis. El análisis de reportes de ingestión de hierro a los centros de control de envenenamientos en Estados Unidos durante cinco años después de la publicación de esta norma mostró una disminución significativa en las llamadas y muertes reportadas relacionadas con exposición al hierro.8 Así, aunque en el año 2008 el American Association of Poison Control Centers’ National Poison Data System reportó más de 25 000 exposiciones al hierro, la mayor parte fueron preparaciones de vitaminas que contenían hierro y en más de 4 000 exposiciones a complementos de hierro no hubo muertes reportadas.1
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Las reservas corporales totales de hierro promedian 4 g en adultos; el intervalo es de 2 a 6 g con menos hierro en las mujeres en comparación con los varones. Casi dos terceras partes del hierro corporal se incorporan a la hemoglobina y el resto se encuentra en otras proteínas que contienen hierro, como la mioglobina, citocromos y otras enzimas y cofactores o bien se almacena en forma de ferritina. El consumo diario recomendado de hierro es de casi 8 mg para niños, varones adultos y mujeres que no menstrúan; 18 mg para mujeres que están menstruando y 27 mg para mujeres embarazadas. Como el acceso de hierro es tóxico, el cuerpo utiliza varios mecanismos para mantener la homeostasis del mismo: unión a proteínas séricas, almacenamiento intracelular y, de mayor importancia, la regulación de la absorción en el tubo digestivo.
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La biodisponibilidad oral de hierro depende de la formulación ...